Milenio

Actitud, orden y un poco más

La presentaci­ón de Ricardo La Volpe con América fue un triunfo que levantó la moral del equipo, pero en lo futbolísti­co, las Águilas aún tienen mucho por mejorar

- Higinio Robles León/ Ciudad de México RUBENS SAMBUEZA MOISÉS MUÑOZ RICARDO LA VOLPE

Ricardo La Volpe se marchó del estadio Azteca resoplando, sacó del cuerpo la tensión del debut. Pasan los años y no se pierde esa sensación en el estómago que genera estrenarse en el banquillo de un equipo, si es un clásico y con un ambiente cargado de presión, un poco más, y más aún cuando el desempeño de América no reflejó la ideología futbolísti­ca que el entrenador ha desarrolla­do en su trayectori­a. Las Águilas acabaron colgadas del larguero, alejando el balón a donde fuera con tal de que no estuviera cerca de la línea de gol.

Pumas tuvo la bola, más llegada, la posesión fue para los universita­rios desde el minuto 15 hasta el agregado. Pero la resistenci­a defensiva se impuso. No eran los planes que se tenían en mente, pero el juego se convirtió en eso: un ensayo de fortaleza en la retaguardi­a azulcrema ante la presión sofocante de Universida­d.

El mismo entrenador ondeó la bandera de la sinceridad, en la conferenci­a posterior no tuvo empacho en reconocer que su equipo todavía no muestra el empaque que él pretende, aceptó que el triunfo tenía que darse sin importar las condicione­s, pero reconoció que las formas no fueron las que más le agradan.

¿Qué se puede destacar de América? Aspectos, solo eso. Primero, la sangre, el coraje que tuvo, supo sufrir y no se dobló como había ocurrido en los dos clásicos anteriores. Capitalizó dos errores del rival en dos momentos puntuales. Hubo algunos intentos en los que buscó salir con la pelota jugada desde el fondo, en la acción del segundo gol apareció una triangulac­ión rápida, que no supo leer la zaga universita­ria. También, que Ricardo pretenderá revivir esa versión de William jugando como volante de creación y no como recuperado­r y que Daniel Guerrero será una pieza clave para la salida de las Águilas y enganchar el juego entre líneas.

Entre lo negativo estuvo que el equipo se replegó en demasía, cedió la iniciativa y fue incapaz de enfriar el partido con la pelota, porque la tuvo en su poder poco tiempo. Que no supo capitaliza­r las ocasiones que tuvo, dejó ir

Dejamos jugar a Pumas y en eso nos equivocamo­s, pero creo que resolvimos bien en defensa” Mediocampi­sta de América No importaban las formas, era conseguir los tres puntos. Tiempo de trabajo vamos a tener” Portero de América

al menos dos muy claras que le hubieran llevado a sufrir menos. En el segundo tiempo se fue rompiendo y no hubo equilibrio, al punto de que se atrincheró en su arco, pasó a jugar al contragolp­e en lugar de articular futbol.

Es cierto, el botín acabó del lado americanis­ta y La Volpe tendrá un mejor ambiente para ir acentuando conceptos, el entrenador sabe que la carga emotiva que dejó en su plantel y en la afición la victoria sobre Universida­d le darán un estado de ánimo más relajado, pero también que hay una carrera contra el tiempo, porque este miércoles ya hay Copa y se trata de un partido a matar o morir, de ahí que el equipo se presentará a este encuentro con mejores sensacione­s.

Al final del juego no hubo personaje de las Águilas que no reconocier­a que el triunfo tuvo una alta dosis de fortuna, sobre todo porque se fraguó en el esfuerzo y resistenci­a defensiva (condición que no va en la filosofía del entrenador). El cuadro azulcrema fue un bloque que repelió el ímpetu universita­rio, aguantó firme y celebró, pero la plantilla salió convencida de que deben seguir creciendo en lo futbolísti­co, porque el sábado hubo ligeras mejoras, pero no las suficiente­s para no pasar tantos apuros.

“Para nosotros fue un triunfo muy importante, porque fue un clásico y teníamos que seguir arriba en la tabla y lo logramos. Dejamos jugar a Pumas y en eso nos equivocamo­s, ellos manejaron bien la pelota y era importante mantener el orden, ellos tuvieron mayor tiempo la pelota, pero no lastimaron tanto, sino con muchos centros y creo que resolvimos bien”, valoró Rubens Sambueza.

El capitán de las Águilas señaló que fue muy poco lo que se pudo ver de lo que pretende La Volpe, pero esperan que vayan mejorando las sensacione­s. “Ricardo nos dijo que no quería desorden, quería triangulac­iones y por momentos salió bien, esperemos agarrarle la mano a lo que quiere, hay buen plantel y camino por recorrer”.

En la misma línea se manejó Moisés Muñoz, el portero de las Águilas que tuvo intervenci­ones que evitaron que Universida­d subiera más goles al marcador. Moi tampoco se anduvo con rodeos, el sábado el cómo se dejó de lado: “Teníamos que ganar, no importaban las formas, si se ganaba con amígdalas, con punta para arriba no importaba, era conseguir los tres puntos, tiempo para trabajar vamos a tener y el equipo se va a ver mucho mejor, hay que adaptarnos a las nuevas ideas”, comentó.

Y Osvaldo Martínez remató el discurso de las Águilas. “Lo más importante es que se ganó el partido. Cuando se juega un clásico siempre hay que ganar cómo sea. Esta vez el equipo puso mucha actitud, muchos güevos para sacar un partido así”.

Entrenador de América

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Ricardo La Volpe, en el partido del sábado

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