Milenio

Imagen Televisión se equivoca

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Es gravísimo lo que acaba de suceder en Imagen Televisión. ¿Qué? Que tras el desastroso final de Perseguido­s estos señores, en lugar de programar una nueva producción propia, metieron una telenovela brasileña.

¿Y? ¿Qué tiene esto de gravísimo?

Que estamos hablando de la nueva cadena de televisión abierta privada nacional, de su producto estelar, de algo que manda mensajes horribles.

¿Qué mensajes? Fracaso, crisis económica, empleos que se dejaron de generar, más apoyo a lo extranjero que a lo nacional.

Si en Tv Azteca, que llegó a tener una muy nutrida barra de melodramas de producción propia, se vio pésimo cuando dejaron de producir para importar latas de países como Brasil y Turquía, imagínese aquí.

Estos señores decían que eran libres para crear, para contar historias y para un montón de cosas más vinculadas a la producción de ficción.

¿Adónde se fue toda esa libertad? ¿A dónde se fue todo ese entusiasmo?

¿Pero sabe qué es lo más triste? Que nadie dice nada, lo cual significa que a nadie le importa, que nadie estaba mirando para allá.

Una televisora sin producto estelar propio no está bien. Esto no sucede ni en los austeros canales de los estados de la república.

Si Imagen Televisión no tenía con qué responder después de una primera tanda de lanza- mientos, debió haber guardado Vuelve temprano para después de Perseguido­s (consideran­do que Televisa se las quemó programand­o El capo original en otras plataforma­s), en lugar de crear expectativ­as.

Imagen Televisión se va a tener que poner a producir a la velocidad de la luz (y crear su propio estilo) si en verdad aspira a competir contra Televisa y Tv Azteca con una barra de dos produccion­es propias.

Para acabarla de amolar, Reglas del juego, la telenovela brasileña que entró en lugar de Perseguido­s, requiere de una promoción muy especial y diferente.

No es un melodrama fácil porque tiende a ser demasiado local, a partir de situacione­s legales y de seguridad social que no tienen nada que ver con las nuestras, y hasta a combinar géneros como el drama y la comedia.

Es una gran telenovela, está producida con una calidad admirable y sale nuestro adorado Jorgito (Caua Reymond) de Avenida Brasil, pero no es Avenida Brasil.

Aquí estamos hablando de estafadore­s que burlan a otros estafadore­s, de algo menos pasional, de algo con lo que la mayoría del público mexicano no se puede identifica­r. ¿O sí? Tuve el privilegio de entrevista­r a la chef Paulina Abascal durante la presentaci­ón de su nuevo programa del canal El Gourmet y me llevé una muy grata sorpresa.

¿Qué tiene esto de periodísti­co? Mucho porque mientras la mayoría de nuestros canales están luchando a muerte por inventar el hilo negro, Paulina me dio una cátedra de humildad.

Ella, que lleva 11 años al aire conduciend­o programas de televisión, que ha escrito cualquier cantidad de libros y que ha triunfado en el mundo de los negocios, me confesó la clave de su éxito.

Me dijo que atendía a su público, que siempre estaba tratando de ofrecer cosas nuevas y, lo más hermoso, que siempre se estaba preparando, estudiando, aprendiend­o.

Perdón pero esto, que suena tan obvio, no es común.

La mayoría de los comunicado­res de éste y de muchos países trabajan para ellos mismos, para sus gustos, para su ego, no para las audiencias. ¡No escuchan!

Un altísimo porcentaje de nuestros comunicado­res pelean, pero para quedarse en su zona de confort, para estar haciendo siempre lo mismo.

Y ni hablemos de capacitaci­ón. Ellos lo saben todo. ¿Por qué tendrían que aprender de los demás, estudiar o certificar­se? ¡Por qué!

¿Se da cuenta de lo que está pasando aquí? ¿Se da cuenta de por qué Paulina es un éxito?

A lo mejor sus programas se ven muy sencillos porque son los tradiciona­les shows de cocina de toda la vida, pero atrás de ellos hay calidad, honestidad y calidez, y eso vale más que nada.

Yo prefiero ver a una chef que durante 10 minutos se pone a preparar con un placer infinito un suculento panqué y que sabe el porqué de todo lo que está haciendo, a ver a un puñado de conductore­s que hacen 14 recetas por programa, que no saben la diferencia entre una cosa y otra, y que están trabajando ahí como podrían estar trabajando en deportes o en espectácul­os.

Por si esto no fuera suficiente, el nuevo programa de Paulina Abascal es buenísimo. ¿Sabe de qué trata? De repostería con ingredient­es sanos.

Se llama Paulina pastelería natural y desde ayer se transmite en diferentes horarios en El Gourmet.

Ahora que movieron Cocineros mexicanos, yo le recomiendo que lo mire a las 18:30 porque de ahí a las 22:00 es la franja en la que se transmiten los mejores programas de gastronomí­a del mundo.

De cualquier manera, métase a la página de internet de El Gourmet para que obtenga más informació­n. Vale la pena. ¿A poco no?

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Paulina me dio una cátedra de humildad.
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