¡QUÉ ESPANTO!
A LAS DERROTAS ANTE TOLUCA Y TIGRES EN LA LIGA, EL AMÉRICA DE RICARDO LA VOLPE SUMA LA TERCERA EN MENOS DE UN MES; AHORA, CON EQUIPO ESTELAR Y EN PARTIDO DE LA COPA MX FRENTE A CORAS DE TEPIC
América no se reconoce, se mira frente a un espejo y lo que ve es una imagen extraña, sin forma. Pasan los días, los juegos y las Águilas son todo menos un equipo que tenga una ruta clara, no hay un plan establecido y si existe, debe estar trazado con líneas confusas. No avanza el cuadro de La Volpe, cuando se espera que empiece a coger una racha positiva, resulta que vuelve tropezar, a mostrarse como un equipo pusilánime ante uno de menor pedigrí, pero de mayor corazón y determinación. Anoche, el cuadro azulcrema cayó 3-2 ante Coras, un equipo valiente que buscó sus opciones, creyó en sus capacidades y se llevó un botín justo.
Es cierto que América honra la Copa desde la alineación, porque pone en el campo a jugadores de la primera línea, pero no le rinde tributo al torneo en el juego. Las Águilas dan un paso al frente un día y al otro dan tres hacia atrás. El semestre pasado fue el equipo que acabó la fase de grupos como la mejor escuadra, no perdió ni un solo encuentro, pero el conjunto de este 2017 no anda, no camina, se le espera, pero no hay fecha para que demuestre su candidatura en ambos torneos.
El equipo azulcrema salió como favorito, por el hecho de que posee mejor calidad, pero en el campo eso no vale. Coras es una escuadra que en la Liga de Ascenso marcha como segundo de la clasificación. Parecía que la victoria que los americanistas lograron en Liga ante Veracruz sería el punto de proyección, que vendría el despegue. Puras elugubraciones , porque anoche fueron un equipo endeble y que en la necesidad tampoco tuvo la capacidad de reacción que demostró el curso pasado.
La Volpe no encuentra la cuadratura, mandó un once con siete jugadores que tuvieron actividad en Liga, busca que el equipo vaya tomando el tono, pero no se engancha, tiene lagunas y se va partiendo, las líneas están muy separadas y el volumen de juego es paupérrimo.
Tuvo dos llegadas al inicio del partido, pero no las capitalizó, Cecilio falló una cuando echó la pelota por encima del larguero y Darwin remató desviado en la y fue un segundo más rápido que Samudio y empujó la bola.
El conjunto de La Volpe estaba roto y en shock. Güémez y Rivera corrían tras la pelota, incapaces de destruir y de crear un poco de juego; Burón y Samudio jamás pudieron proyectarse por las bandas y la conexión con los delanteros tampoco existía.
Para infortunio de las Águilas, Coras encontró el 2-0 antes del descanso, otra jugada con buen acompañamiento en la que Luis Márquez levantó otro centro y en el área Daniel Ríos ganó por arriba a los defensores americanistas y con un cabezazo venció a Marchesín.
El escenario obligó a una reacción inmediata, el cuadro de La Volpe tenía que defender el escudo y el prestigio, el Bigotón le dio entrada a Oribe y William por Burón y Rivera, dos jugadores que fueron superados en cada duelo. América pareció agitarse y encontró rápido el descuento.
Pablo Aguilar recuperó una bola y la tomó Cecilio; el paraguayo la llevó al área, buscó centrar y la defensa tapó su intento, pero el balón le llegó de nuevo y su segundo servicio, tras un desvío le cayó a Romero, quien empujó con la cabeza y revivió su causa.
Parecía que América se encendería, que apretaría con todo, que arrinconaría a Coras, que sería un acoso sin tregua a la portería de La Tribu, de nuevo puras buenas intenciones, porque a las Águilas les volvió a ganar la ansiedad. El cuadro local mantuvo el temple, no se estresó, resistió con gallardía y consciente de que los de La Volpe dejarían espacios, se replegaron para después soltarse en un contragolpe.
Tras un tiro de esquina, La Tribu salió disparada, tomó mal parado a América, fue un dos contra uno en el que los jugadores nayaritas fueron más rápidos, mientras los americanistas corrían a la desesperada. Sergio Nápoles tuvo claro lo que haría, desde que recibió el balón en medio campo se lanzó al área y ahí disparó raso y cruzado para batir a Marchesín. Un gol que aplacó a las Águilas.
El equipo de La Volpe reaccionó rápido, de nuevo a través de Romero, se juntaron Cecilio, Oribe y el Chino y el argentino le dio otro aire de aliento a los visitantes, pero no hubo más. América lo buscó, más a la desesperada que con jugadas elaboradas. No, América no seduce, está muy lejos de eso, tan lejos que hoy es un equipo que se mira al espejo y se asusta a sí mismo.