“Defensores del dólar exageran”, dicen expertos
un campo de batalla donde, después de repetidas peleas durante 15 años, las diversas partes declaran un armisticio y reina una frágil paz. Los combatientes están dispuestos a no volver a iniciar las hostilidades: de hecho, uno de los principales actores incurre en gastos considerables para evitar cualquier aparición de beligerancia. Entonces, de la nada, uno de los ejércitos, encabezado por un general nuevo e inexperto, se dirige hacia el centro de la zona de combate y declara la guerra en varios frentes.
describe la arena de la guerra de divisas, uno de los teatros principales del conflicto de la diplomacia económica internacional. A principios de siglo, y luego en los años que siguieron a la crisis financiera mundial, EU acusó en repetidas ocasiones a otros países de subvaluar deliberadamente sus monedas para obtener una ventaja competitiva.
semana, el gobierno de Donald Trump identificó a China, Japón y Alemania como fuerzas hostiles en ese sentido y prometió hacerse cargo de eso. Esto no es totalmente absurdo, pero está muy cerca de serlo. Ninguno de esos tres países hace algo que pueda describirse realmente como una devaluación competitiva.
cuya última intervención en los mercados de divisas fue en 2001, el año pasado resistió la tentación a pesar de que un fuerte incremento en el valor del yen amenazaba con sacar de curso su incierta recuperación. Tras las quejas sobre la manipulación, China desvinculó el yuan del dólar en 2010 y permitió mayor flexibilidad en la tasa a partir de 2012. Durante el año pasado, consciente de la amenaza para su estabilidad financiera que significaban las salidas de capital y una fuerte caída del valor del yuan, Pekín intervino con altos costos para sostener arriba su moneda, no abajo. Y si bien hay una queja legítima sobre la ventaja competitiva de Alemania, esto se relaciona más directamente con los países con los que comparte el euro y, como tal, no es realmente de la incumbencia de Estados Unidos.
hecho, es la queja sobre Berlín que hizo Peter Navarro, principal asesor de comercio de Trump, lo que muestra que la administración se prepara para una lucha, independientemente de los hechos.
gobierno de Alemania tuvo que decir que respeta la independencia del Banco Central Europeo (BCE) incluso cuando en ocasiones no está de acuerdo con sus políticas. De hecho, el gobierno alemán y el Bundesbank han criticado en repetidas ocasiones la expansión cuantitativa del BCE, la política que más probablemente debilita el euro.