Cada quien su rudeza innecesaria
Afin de cuentas es un vil trapo, me dice mi santa madre imaginando el jersey de Tom Brady todo sudado, manchado de tierra, pasto y mugre (algo que de inmediato hubiera hecho sin dudar es echarlo a la lavadora, ante los ojos llorosos de los coleccionistas de memorabilia deportiva, que se habrían revolcado en esa prenda para saciar quién sabe qué oscuras perversiones), que tanto escándalo desató en estos días. Y para rematar, afirma: para mí la verdadera ratera es la Barrales, que para colmo no pudo haber sido de peor gusto que comprarse un departamento en Miami. ¿No que luchaba por los pobres? Se hubiera comprado algo en Mérida, la Riviera Maya, Guanajuato.
Le di la razón. Pocas cosas tan macuarras como irte de shopping inmobiliario a Miami. Deja tú el despropósito de ser la señora presidenta de un partido de izquierda y querer vivir como La Gaviota. Ya se sabe, el que con Chuchos anda... Nada más de pensar que en esas geografías del livin la vida loca te puedes encontrar a Maluma, Pitbull o Gloria Stefan, se me desata la dispepsia.
Pensándolo bien, en vez de exponer a las habladurías de la gente su reputación de izquierdista, quizá la Barrales tendría que haber recurrido a un control de daños mucho más eficiente que el de “Yo no fui, fue Teté”, muy al estilo de Chayito Robles. En el primer momento era para que saliera rumbo a Chihuahua para manifestar su enérgica protesta, como hizo una buena cantidad de políticos y comunicadores mexicanos por el asesinato de la periodista Miroslava Breach. Entre paréntesis, me llama la atención que ahora Jelipillo Calderón no lanzó un tuit de los suyos exigiendo la captura de quienes ordenaron y ejecutaron la muerte de la corresponsal de La Jornada. Cada quien su rudeza innecesaria. Como quiera que sea, doña Alejandra Barrales no lo hizo, y mejor se quedó a dar un ejemplo de dignidad y, a fuero, regresó a su curul en el Senado para seguirse sacando la lengua con Barbosa mientras ahí, con su tibieza acostumbrada, el Instituto Chuchístico de Verano medio la defiende.
Por ahí un alto personaje perredista de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que me dijo que ya está pensando en poner tierra de por medio con el partido del sol azteca, refirió que en los bajos fondos se cuenta un chiste:
—Compañero, dicen que Barbosa ya tiene un pie fuera del PRD. —Si es así, compañero, entonces en realidad ya se fue. Pobre PRD, ni el Obamacare puede salvarlo, diría mi madre. M