Cárceles, sin protocolos para prevenir incidentes
Las deficiencias señaladas por la comisión no han sido resueltas y se observa “resistencia” de las autoridades para cumplirlas, dice
El Sistema Nacional Penitenciario no está preparado para prevenir o atender incidentes como riñas, lesiones, fugas, homicidios o motines, además tiene deficiencias de personal de seguridad y custodia, alertó desde hace15 años la CNDH, en sus informes y diagnósticos de los centros de reclusión.
Un ejemplo es lo ocurrido las últimas dos semanas en los penales de Apodaca (5.83), Cadereyta (5.9) Culiacán (5.72), Cancún (4.38) y Tamaulipas (5.29), que tienen calificaciones reprobatorias.
El Cefereso 9, de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde fue trasladado ayer Miguel Ángel Treviño, El Z40, tiene una calificación de 6.63. En mayo de 2016 a ese penal fue llevado Joaquín El Chapo Guzmán, de donde fue extraditado a EU.
Se ubica a 33 kilómetros de la frontera con El Paso, Texas, y de acuerdo con la CNDH tiene “deficiencias en el proceso para la imposición de las sanciones disciplinarias, ausencia de actividades ilícitas”, como cobros y extorsiones, pero presenta problemas de hacinamiento, falta de servicios de salud, no hay equipamiento e higiene en el área médica, talleres y áreas deportivas.
El penal de Cadereyta, donde se suscitó ayer una riña, tiene una calificación de 5.9, hay insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos, poco personal y sobrepoblación. Existen el autogobierno y actividades ilícitas como extorsiones y sobornos.
Las deficiencias señaladas no han sido resueltas, se observa “resistencia” de las autoridades para cumplir con las recomendaciones para mejorar la seguridad, por lo que persiste corrupción, autogobierno y privilegios para algunos reos, dijo Ruth Villanueva, tercera visitadora de la CNDH en entrevista con MILENIO.
El diagnóstico 2015 de la comisión calificó a los Ceresos con 6.21, y destacó que en 71 de los 130 visitados se observó un deficiente control en el ejercicio de las funciones de autoridad de los servidores públicos, por lo que los internos ejercen control mediante la violencia: hay sobrepoblación que genera problemas de seguridad.
En algunos, centros se observaron áreas de privilegios, así como la presencia de objetos y sustancias prohibidas .
Los penales de Nuevo León están reprobados con 5.66 y se ubican en el cuarto lugar en acciones violentas al registrar 74 y ocupan el primer lugar en suicidios, con seis.
El Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura envió una recomendación para los penales de Apodaca, Cadereyta y Topo Chico, porque “subsisten grupos de internos con poder que realizan cobros por diversos conceptos, como protección u ocupar una estancia”.
Las cárceles de Quintana Roo tienen calificación reprobatoria de 4.43. El Cereso de Cancún 4.38 y el de Chetumal 4.53. Ambos tienen alerta roja por no cumplir con condiciones de gobernabilidad.
El mecanismo, del cual es responsable la CNDH, en su informe 2016 da a conocer que envió al gobierno estatal, una recomendación donde se menciona que “subsisten grupos de internos con poder que ejercen control sobre otros reclusos y realizan cobros por diversos conceptos”.
Se recomendó realizar de inmediato una evaluación de las necesidades en materia de personal de seguridad, vigilancia y custodia que se requieren para garantizar la disciplina y atender de inmediatamente la problemática del autogobierno.
Además, “una evaluación de las necesidades para garantizar
Entre los señalados se encuentran el Cereso de Cadereyta y el Cefereso de Ciudad Juárez
la tranquilidad, la disciplina el orden y la gobernabilidad de los centros de reclusión, para que la autoridad penitenciaria ejerza las funciones que le corresponden e imposibilite que los internos participen en ellas”.
Tamaulipas obtuvo calificación reprobatoria de 5.29 en sus penales, y el seguimiento del mecanismo informó al gobierno estatal, el año pasado de 232 situaciones de riesgo, como “las funciones de autoridad que realizan internos, cobros y privilegios, así como irregularidades en la imposición de sanciones disciplinarias a los internos, insuficiente personal de seguridad y custodia, falta de capacitación en materia de prevención de la tortura a servidores públicos. También inexistencia de programas para prevenir y atender situaciones de emergencia o eventos violentos en los lugares de detención”. Los centros de Tamaulipas están en el cuarto lugar en la tasa de homicidios con seis.
En tanto las prisiones de Sinaloa obtuvieron una calificación de 5.65. El Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito de Culiacán, 5.72. Registra sobrepoblación, hacinamiento, insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos, además, persiste autogobierno, cobros y extorsión. m