MURIÓ GIOVANNI SARTORI A LOS 92
El politólogo, voz esencial de la vida democrática
El politólogo italiano Giovanni Sartori, uno de los intelectuales contemporáneos de mayor relevancia a escala internacional, premio Príncipe de Asturias para las Ciencias Sociales 2005, falleció el lunes (aunque la noticia fue comunicada ayer) por complicaciones respiratorias, según anunció Luciano Fontana, director del diario Corriere della Sera, del que era editorialista. “Adiós a Giovanni Sartori, nuestro editorialista y politólogo”, escribió Fontana en su cuenta de Twitter.
Tras conocer la noticia, numerosos personajes del mundo de la política han expresado su pésame por la pérdida de una de las voces fundamentales del mundo contemporáneo.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, describió a Sartori como un “estudioso que ha dado mapas y nombres a la política para que se encuentre a sí misma”.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de los Diputados, Laura Boldrini, se refirió a Sartori como “un protagonista apasionado del debate cultural”, mientras que su homólogo en el Senado, Pietro Grasso, dijo que fue “una voz independiente que reforzó y nutrió a la opinión pública”.
En México, el presidente Enrique Peña Nieto escribió en su cuenta de Twitter: “Lamento el fallecimiento del politólogo Giovanni Sartori, referente fundamental en la evolución del estudio de la Ciencia Política”.
Defensor de la libertad
Nacido en Florencia el 13 de mayo de 1924, Sartori era conocido por ser uno de los pensadores más importantes de los últimos tiempos y también por ser autor de numerosos libros sobre la teoría de la democracia que han sido traducidos a diversas lenguas. Entre ellos destaca Homo videns. La sociedad teledirigida (2002), una obra en la que reflexionó sobre el poder de la televisión en las sociedades modernas.
Sartori contaba que leyó a los mayores clásicos de la filosofía moderna durante la guerra, en el periodo en el que estuvo escondido para escapar del llamado a las armas hecho por la república fascista de Saló.
En los años 50 entró como profesor en la Universidad de Florencia y de allí pasó, en los 70, a Estados Unidos, donde enseñó en la Universidad de Stanford, en California, y después en la de Columbia, de Nueva York.
Pronto comenzó a ser considerado uno de los personajes de mayor prestigio internacional en el ámbito del derecho constitucional, tanto que en 2005 fue reconocido con el premio Príncipe de Asturias para las Ciencias Sociales.
Diez años más tarde fue distinguido con el Premio FAES de la Libertad 2015, por su “firme defensa de los valores de la libertad y su importante papel internacional en el estudio de la democracia representativa”.
Ateo convencido, a lo largo de su vida profesional también dirigió mensajes mordaces contra la Iglesia católica y su control sobre la natalidad.
Su trayectoria fue merecedora de numerosos premios, entre ellos la medalla al Mérito Cultural y Educativo del presidente de la República italiana, el Comendador de la Orden de la Cruz del Sur, que otorga el presidente de Brasil, y la Gran Cruz de la Orden de Bernardo O’Higgins. En 2015 el gobierno de México le otorgó la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca.
Entre sus obras más destacadas se cuentan también Ingeniería constitucional comparada, Partidos y sistemas de partidos, Teoría de la democracia y Cómo hacer ciencia política. M