No sé por qué quieren ser presidentes: Juan Carlos Barreto
Roberto D’Amico, Rodrigo Cachero, María Rebeca y Mariajosé Brunet completan el elenco de la obra La retirada, que dirige Héctor Bonilla y recrea la historia de una Presidencia utópica
En un mundo utópico Alejandro Millán es el presidente de México. Los conflictos sociopolíticos no son diferentes a los de la realidad; en esta historia el mandatario es un hombre honesto que sobrepone su responsabilidad ante su vida misma y su familia.
Se trata de La retirada, obra de teatro escrita por el argentino Luis Agustini, que llegará el jueves al teatro Milán con las actuaciones de Juan Carlos Barreto, Roberto D’Amico, Rodrigo Cachero, María Rebeca y Mariajosé Brunet. “A la hora de construirlo nunca me basé en algún presidente, pero tengo la esperanza que en el futuro exista un Alejandro Millán. Donde me identifico con él es en que quisiera que este país fuera mejor, que se acabara la impunidad y los servidores públicos fueran mejores personas”, dice Barreto, el protagonista al hacer una pausa en el ensayo. “No entiendo por qué la gente quiere ser presidente, antes prefiero ser actor o domador de tigres de bengala, porque ha de ser terrible tener la responsabilidad de un país como México, que ha sido saqueado de tantas maneras”, destacó el actor.
En contraposición a la honestidad de su personaje se encuentra el de Roberto D’Amico: un funcionario corrupto, cuya imagen es la del político refinado de origen aristocrático.
El Secretario de Estado Fernando Arregui se contrapone al presidente, y el momento de confrontación política más amargo, que se resuelve por la honestidad del mandatario, es el enfrentamiento de ideologías. “El presidente lucha por lo que se debe hacer y él por lo que es conveniente”, explicó D’Amico, quien también toma un espacio en medio del ajetreo por la cercanía del estreno. La mano derecha del presidente (María Rebeca) será de vital importancia en las decisiones políticas, mientras que la arista familiar estará marcada por su hija (Brunet), quien ante su indiferencia lo enfrenta con ayuda de su novio, un actor con profundos ideales políticos (Rodrigo Cachero).
El elenco hace énfasis que los conflictos políticos que encierra el texto son generales en cualquier sociedad y llevarlos a escena sirve como catarsis para el espectador e incluso para ellos. “Ver un presidente utópicamente honesto nos da esperanza, creer que puede haber un político que lo da todo por su país sin importar que su familia se vaya a la mierda. Ojalá existiera eso, el hecho de plantearlo da fe y esperanza en la humanidad”, dijo Maríajosé.
Para Cachero este texto le permite reafirmar su amor por su patria: “Creo que tenemos el país más rico del planeta. En alguna ocasión a la primera ministra de Inglaterra le preguntaron que para ella cuál era el país más rico y dijo que sin duda México, porque lo roban cada seis años y tiene fuerza para levantarse y volver a ser saqueado. “Cuando me llega este libreto, el personaje me llenó de ganas. Lo que no puedo gritar a Peña Nieto, acá se lo digo a un presidente ficticio, hago catarsis y me ahorro el terapeuta”, bromeó.