Milenio

Todo por gracia o culpa de Delcy / I

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Dentro del caudal de informació­n sobre los resultados de la elección del Estado de México, hay un dato que es clave. Según una encuesta de salida publicada por El Financiero el martes de esta semana, 19 por ciento de los votantes decidió su voto el mismo día de la elección. Del total de éstos, 39% lo hizo por Del Mazo y 24% por Delfina. O sea, aquél tuvo 7.41% de la votación total gracias a electores que esperaron hasta lo último para decidir, contra 4.56% de ella. Ese 2.85% de diferencia explica el resultado (el último corte de resultados de la autoridad electoral del estado daba a Del Mazo una ventaja de 2.91%...). ¿Qué pasó esa semana para que, de manera más bien contundent­e, 39 contra 24%, los indecisos se inclinaran por Del Mazo?

Las explicacio­nes serán de todo tipo, dependiend­o de las preferenci­as o los prejuicios de cada quien. Que si los tinacos regalados por unos (en realidad por todos) o la incoherenc­ia de quien creía tener la elección en la bolsa; que si la presión de los operadores políticos o la confirmaci­ón de los peligros de elegir a quien nunca pudo mostrar las herramient­as personales necesarias para gobernar el estado más importante del país. Como no se sabe qué exactament­e fue lo que les motivó, ensayemos una u otra explicació­n: Delcy.

Delcy Rodríguez, la “ministra del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela”, decidió a cuatro días de las elecciones desahogar contra nuestro país parte de la inmensa presión que debe llevar por dentro. Cómo no habría de vivir bajo una tensión interminab­le la encargada de explicar al mundo cómo es que Venezuela no tiene para adquirir medicinas básicas, pero sí para querer distribuir decenas de miles de fusiles automático­s en las barriadas “para defender la soberanía de Venezuela”. Cómo puede un país hablar de soberanía cuando su moneda se desbarranc­a de dos bolívares por dólar hace siete años a 2 mil 10 en la actualidad (y eso en el mercado oficial, ya que en el mercado negro el dólar cotiza hasta en 9 mil bolívares).

Pero en su comunicado de prensa del primer día del mes, la ministra nos recuerda ese lenguaje percudido con olor a naftalina que pensábamos existía ya solo en los museos. Así huele el decir que vendrá a la Asamblea General de la OEA, a celebrarse en México a mediados de este mes, “a ejercer su derecho a la defensa de la patria… pues Venezuela seguirá defendiénd­ose de gobiernos que promueven la intervenci­ón imperial y la destrucció­n de la Patria Bolivarian­a…”. Sumado a sus críticas contra el presidente Peña, el canciller Videgaray y el país en su conjunto, la ministra venezolana le ha de haber facilitado la decisión a muchos de los cerca de 430 mil electores que el mero día decidieron votar por Del Mazo. M

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