Negocios
son los grandes corporativos y personas con altos ingresos. De acuerdo con la empresa encuestadora América Economía, se trata del sexto banco más grande de Brasil y el número 14 de Latinoamérica.
Aunque es un gigante de la región, en tamaño es superado por algunos bancos mexicanos como Bancomer, Citibanamex, Santander y Banorte.
Su negocio financiero lo ha blindado con una fortuna que, según la revista Forbes, asciende a 20 mil 500 millones de dólares, con lo cual ocupa la posición 37 del ranking de millonarios del mundo. Sin embargo, si únicamente se toma en cuenta a latinoamericanos, alcanza la tercera posición, solo por debajo del mexicano Carlos Slim (54 mil 500 millones) y de su compatriota Jorge Paulo Lemann (29 mil 200 millones).
A sus 78 años de edad, Joseph Safra es el que toma las decisiones en su enorme imperio; es presidente de Safra Group, matriz de compañías como el Safra National Bank of New York. Recientemente Josep Safra se ha visto envuelto en algunos escándalos. El más llamativo se dio a mediados del año pasado, cuando una fiscalía de Brasil presentó una denuncia formal en su contra por ser sospechoso de pagar sobornos por 4.2 millones de dólares a funcionarios del fisco para que le amañaran procesos administrativos que significarían la condonación de deudas tributarias que ascendían a 415 millones de dólares. Dichas acusaciones del gobierno brasileño se apoyaron en grabaciones de conversaciones que se realizaron en 2014, en las que los protagonistas eran empleados públicos y altos ejecutivos del Banco Safra. Apenas en febrero pasado un juez federal en Brasil autorizó que más de 300 mil dólares en bienes pertenecientes al magnate bancario Joseph Safra fueran congelados, esto en seguimiento al caso de corrupción del que fue acusado. Sin embargo, inmediatamente el banco salió a decir que la decisión del juez era “extraña”, dado que los cargos contra el presidente de la institución financiera fueron retirados. Como buen judío, Safra continuará haciendo más dinero, pues, como dice la Torá, eso lo hace servir mejor a Dios. m