SE QUEDÓ CERCA
El mexicano Santiago González y el estadunidense Donald Young cayeron en la final del dobles varonil en Roland Garros ante otro norteamericano, Ryan Harrison, y el neozelandés Michael Venus, en un duelo que resultó parejo
El mexicano Santiago González, que hizo pareja con el estadunidense Donald Young, no pudo ser campeón en el dobles varonil de Roland Garros, tras caer en la final por 6-7 (5/7), 7-6 (7/4) y 3-6 ante otro norteamericano, Ryan Harrison, y el neozelandés Michael Venus.
El veracruzano, de 34 años, no pudo romper con una racha de 27 sin un mexicano campeón en un torneo Grand Slam, desde Jorge Lozano lo consiguió, precisamente en París, en el mixtos de 1990, junto a la española Arantxa Sánchez Vicario.
“Me quedo con buenas sensaciones de este torneo porque jugué bien, ellos sacaron por encima de los 200 kilómetros por hora, y así es difícil”, admitió el de Córdoba justo al término de la final, acompañado del reconocimiento como subcampeón del certamen.
El partido fue una sucesión de games ganados con el saque de cada jugador en los dos primeros sets, donde solo el tie-break rompió la igualdad; en ese inicio del encuentro apenas hubo cuatro oportunidades de rompimiento por lado y ninguna fue concretada, en un duelo con puntos rápidos.
En el tercero apareció el cansancio. Santi perdió su saque después que Young fallara una bola sencilla, pero de inmediato la dupla norteamericana se recuperó, hasta que Donald también entregó su servicio, y Harrison, pese a los nervios de una definición de Grand Slam, concretó la victoria para él y Venus.
“Espero estar a la altura en próximos torneos y llegar a otra final de un grande en un futuro”, deseó González, quien en varios momentos del encuentro recibió el apoyo del público con el grito de “¡México, México!” en la Philippe Chatrier.
Santiago no pudo emular a su compatriota Raúl Ramírez, único nacional que ha ganado el dobles masculino de Roland Garros (1975 y 1977).
En el femenil, Yola Ramírez y Rosie Reyes también fueron campeonas en el torneo parisino, en 1958; en dobles mixtos, la propia Yola Ramírez (1959) y Jorge Lozano (1988) formaron parte de las parejas campeonas en la capital francesa.
Fue la final de mayor importancia en un Grand Slam para el veracruzano, pero no la primera, ya que antes había jugado tres de dobles mixtos, una de ellas en Roland Garros en 2011, en dupla con la polaca Klaudia-Jans Ignacik, con la que perdió ante los indios Sania Mirza y Mahesh Bhupathi.
Las otros dos habían sido en el Abierto de Estados Unidos (2013 y 2014), formando pareja con la local Abigail Spears.
“Tuve antes tres finales, pero ésta era más importante, las otras fueron en mixtos, aunque la forma de vivirlas es igual, porque se trata de duelos decisivos, juegas en la cancha central; no he podido ganar ninguna, a ver si en la quinta lo consigo”, se resignó.
Pese a la derrota, González pudo vivir su mejor torneo grande por parejas masculinas, donde hasta ahora no había pasado de los cuartos de final en una cita de Grand Slam.
“Sé que en México se pasó el partido por televisión, que había
cierta expectación, agradezco a la gente de mi país el interés”, afirmó el de Córdoba, que tuvo una actuación destacada sobre todo en la red, donde sus voleas fueron complicadas para sus
rivales, y al tranquilizar a un nervioso Young. Son tres años en que Santi no ha ganado un torneo sobre arcilla, desde que en 2014 triunfara en Düsseldorf y Estoril, junto al estadunidense Scott Lipsky. Ahora afrontará la temporada sobre pasto, con la mente en el siguiente grande, Wimbledon, donde volverá a competir junto con Donald Young. “Gracias por jugar conmigo, Santiago, espero que podamos volver a una final así en el futuro”, le dijo el estadunidense a su compañero, en la ceremonia de entrega de trofeos.