El primero fue un Grand Slam
La letona Jelena Ostapenko, que ni siquiera tenía siembra, dio una sorpresa histórica al proclamarse campeona de Roland Garros, tras superar en la final por 4-6, 6-4 y 6-3 a la rumana Simona Halep, que desperdició además la ocasión de convertirse en la nueva número uno del ranking WTA. La joven, que el jueves cumplió 20 años mientras conseguía el boleto a la final, empezó el torneo como 47 del mundo y el lunes ascenderá al lugar 12. Es la primera jugadora sin preclasificación en levantar el trofeo femenil en París, desde la victoria de la británica Margaret Scriven en 1933. El destino quiso que Ostapenko aumentara la comparación con el ex tenista brasileño Gustavo Kuerten, que en el torneo masculino fue campeón en París por primera vez sin ser cabeza de serie (66 del ranking) el 8 de junio de 1997, el día en que Jelena nació en Riga. “No puedo creer que soy la campeona de Roland Garros con 20 años, es algo increíble”, afirmó. “No tengo palabras, es un sueño hecho realidad”. La joven letona, entrenada por la española Anabel Medina, sumó en la capital francesa su primer título individual en el circuito WTA, ya que había perdido las tres finales anteriores que había disputado (Québec 2015, Doha 2016 y Charleston 2017). Letonia nunca había tenido un representante en una final de Grand Slam, con lo que este éxito en París es su mayor logro. Ostapenko no había tenido que enfrentarse a ninguna jugadora del Top 10 en su camino hasta la final, pero en segunda ronda eliminó a la puertorriqueña Mónica Puig (campeona olímpica en Río 2016) y en cuartos a la danesa Caroline Wozniacki (ex número uno mundial).
Halep, tercera sembrada del torneo, volvió a fallar en su segunda final de Grand Slam, tres años después de su derrota ante la rusa María Sharápova en 2014 en Roland Garros.
La caída le impidió desbancar a la alemana Angelique Kerber, eliminada en la primera ronda, al frente del ranking WTA.
En el primer set, Ostapenko tuvo un juego en blanco con la devolución, para lanzar un aviso, pero Halep le devolvió el quiebre.
En el quinto game, la letona volvió a conseguir un break, seguido por otro de la rumana, atenta para apagar cualquier incendio; el episodio cayó del lado de la cuatro del mundo en el décimo juego, con un nuevo rompimiento (6-4).
En el segundo capítulo, la rumana salió encendida, a lo que parecía un camino tranquilo al título, al distanciarse 3-0, pero Jelena despertó y con cuatro juegos seguidos volvió a meterse; otro quiebre le permitió ponerse 5-4 y no falló, para llevarse la manga y forzar una tercera.
Ahí, Halep repitió la historia del segundo y se puso 3-1, pero Ostapenko volvió a meterse y con tres quiebres selló el triunfo.