Mancera y el Metrobús al desafuero
En estos días un juez de distrito detu- vo la construcción de la Línea 7 del Metrobús en Avenida Reforma. El argumento para suspender, según el juez, es que la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas prohíbe construir sobre monumentos históricos, y que el Bosque de Chapultepec es considerado como tal desde el 9 de febrero de 1931.
Esto aún no significa que el Metrobús no se vaya a construir, pero sí quiere decir que Ciudad de México deberá demostrar en un juicio que no está violando la ley al construir la nueva línea de transporte público. Mientras tanto, el proyecto debe permanecer detenido.
Sin embargo, Miguel Ángel Mancera, en declaraciones de hace dos días, dijo: “No me importa que nos amenacen con que nos van a denunciar que violamos suspensiones”, y sugirió que los trabajos continuarán. Dichos graves, porque implicarían desacatar una orden judicial.
El Metrobús es buena idea, pero las formas, para variar, no son las correctas. Como acostumbra, el jefe de Gobierno tomó una decisión sin consultar a otras autoridades involucradas (ignorar objeciones del INAH no es poca cosa) y tampoco consultó a vecinos ni organizaciones civiles.
Como sucedió con la Rueda de la Fortuna, como sucedió con el Corredor Chapultepec.
Por eso el revés ha sido tan duro. Primero tuvo que recortar el alcance de la línea ante protestas en Las Lomas. Después fracasó en convencer a los transportistas del Estado de México de que dejaran de usar Reforma como parte de su ruta. Ahora tiene una suspensión definitiva en contra. Por actuar como regente y no como jefe de Gobierno.
Hoy Mancera sigue el camino de López Obrador en 2005: se acerca poco a poco a la destitución e incluso al desafuero si ignora al juez. La gran diferencia entre uno y otro es que AMLO tuvo tanto apoyo ese año que el gobierno terminó por desistirse de enjuiciarlo. Con Mancera la situación es la opuesta: de desaforarlo, el Ángel de la Independencia se llenaría como si se celebrara una victoria de la selección nacional. M