El Met celebra el centenario del fotógrafo Irving Penn
Exhibe desde sus instantáneas de moda hasta sus grandes retratos de celebridades
Hace cien años que llegó al mundo Irving Penn, recordado como uno de los fotógrafos más influyentes de la historia, quien consiguió con sus instantáneas de moda y sus inconfundibles retratos en blanco y negro marcar un antes y un después en la industria de la imagen.
Su obra quedó marcada por una mezcla de elegancia clásica y minimalismo moderno; la claridad de sus composiciones llevó a Penn a ser uno de los fotógrafos más reconocidos por los lectores de la revista Vogue, para la que trabajó desde 1943 durante más de 60 años.
Su papel en el mundo de la fotografía ha sido tan destacado que el Museo Metropolitano de Nueva York (Met) le ha querido rendir homenaje en su centenario con una extensa retrospectiva. “Celebrado durante más de seis décadas por su influyente trabajo en la revista Vogue, Penn era por encima de todo un fotógrafo de moda”, afirmó en un comunicado el Met, el museo más grande de Estados Unidos, donde actualmente se exponen una gran variedad de sus obras.
Desde sus instantáneas de letreros de las calles de Nueva York y sus fotografías de moda y estilo, hasta sus retratos de indígenas de Perú y de algunas de las celebridades más destacadas del último siglo, pueden verse en las galerías del Met. “Las fotografías de su primera época de alta costura son obras maestras que establecieron nuevos estándares para la representación fotográfica de mitad de siglo, y siguió registrando los ciclos de la moda año tras año en exquisitas imágenes”, agregó.
Nacido el 16 de junio de 1917 en Plainfield, Nueva Jersey, Penn estudió en la Escuela Museo de Artes Industriales de Filadelfia, donde conoció al ruso Alexei Brodovitch, que le enseñó arte y diseño moderno.
Tras un periodo como asistente de Brodovitch y dos años pintando cuadros en México, Penn regresó a Nueva York en 1943, momento en el que fue contratado por el entonces director artístico de Vogue, Alexander Liberman.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Penn viajó alrededor del mundo en sus proyectos para Vogue, momento en el que confirmó su gusto por una fotografía de estudio en el que poder controlar y minimizar los elementos que formaban parte de sus instantáneas.
Su talento con la cámara le llevó a tener acceso a importantes personalidades, que retrató en instantáneas en blanco y negro de estilo sencillo y en primer plano con las que conseguía captar su identidad. m