LAS OTRAS CARAS DE TULUM
Hacer que la experiencia de “turistear” cambie es el objetivo de la compañía Airbnb. La primera modificación efectuada por Airbnb para romper con el molde habitual de viajar fue hacer que la gente no habitara el espacio impersonal del hotel y se acercara a los lugareños. Airbnb lo que ha hecho a este respecto es que la gente alquile sus espacios; estos van desde apartamentos hasta castillos, pasando por lugares extraños como casas en los árboles o una camioneta-palapa.
Como segunda estrategia, lo que propone Airbnb es hacer que el viajero se aleje de los lugares más difundidos y se acerque a las “joyas ocultas” de cada lugar, y esas siempre existen. Un ejemplo aquí en México de lo que la plataforma denomina “Experiencias” y “Lugares” es lo que está impulsando en Tulum, que tiene otros sitios que visitar aparte de sus célebres pirámides.
Se puede comenzar el día visitando Holístika, un espacio que defiende la parte espiritual y mágica de los mayas. Hay un espacio para desayunar orgánicamente, hacer yoga y meditar, y un espacio abierto donde realmente te hacen sentir uno con la naturaleza. La Reserva de Sian Ka’an, que alberga el sitio arqueológico de Muyil, discreto pero que no deja de reflejar el universo maya, queda bien como siguiente etapa. Una revelación resulta el paseo en bote por las lagunas de Muyil y Chunyaxche, con sus cristalinas aguas. Por la noche se puede ir a comer buena carne y pescado en El Asadero y terminar el día yéndose a tomar diferentes mojitos y escuchar buen jazz y blues en Batey Mojito Bar.
Para recuperarse de los excesos cometidos la noche anterior, nada como un desayuno ligero en el Tulum Art Club. Para no perder el contacto con la naturaleza y quemar el exceso de grasa haciendo snorkel y paddle board, nada mejor que ir a uno de los muchos cenotes que hay en Tulum, como Casa Cenote, que se une al mar. Y no se crea que Tulum, aunque pequeño, se agota aquí. Hay muchas más cosas por descubrir. Información completa en: www.airbnb.mx