Cuba de nuez
Ante el acoso, desprestigio y denuncias que son marcas del mequetrefe pato Donald Trump, éste recurrió a un artilugio de mala política, que es quitar la atención y ponerla sobre un asunto que no le afecte personalmente. Otra vez Cuba, va de nuevo.
El pernicioso empresario aspirante a político está en problemas políticos y de legitimidad oficial. Así, se vio forzado a reconocer que está bajo investigación por una pesquisa sobre una supuesta interferencia de Rusia en la campaña presidencial de Estados Unidos. Sin referir con precisión, alega: “Estoy siendo investigado por despedir al ex director del FBI por el hombre que me dijo que despidiera al director del FBI”.
Por supuesto, recurrió a su manía de tuitero para referirse al asunto. Este cretino ya anunció que restringirá la política de apertura de Barack Obama hacia Cuba. Se lanzó más en su intervencionismo. Pide que se liberen todos los presos políticos y haya elecciones libres en la isla. Escogió como foro la audiencia de la conocida gusanera de Miami.
Dice que va a limitar los viajes de estadunidenses a la isla, buscando impedir el turismo de sus conciudadanos. También anuncia que tratará de que no llegue financiamiento estadunidense al gobierno de Raúl Castro.
El gobierno mexicano manifestó un exhorto a las dos naciones para encontrar coincidencias dialógicas, en un contexto de respeto mutuo y reconocimiento de la soberanía de los dos países. Integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados calificaron de “torpeza” y “desacierto” el anuncio de Trump y dicen bien que el trasfondo es “la crisis política” que enfrenta el racista, porque a mediano plazo es posible que sea sujeto a juicio político.
El priista Víctor Manuel Giorgana señala evidencia: es un gobierno errático y sin rumbo, que “solo da golpes de ciego”. Es patente la imbecilidad y el origen de las acciones desesperadas y desesperantes del millonario y ya reconocido por sus ignorancias y torpezas. Y sí, también acierta el embajador de Chile en México, Ricardo Núñez, quien dijo que Trump y sus empresarios gobernantes “están fuera de la historia de la humanidad… en otra galaxia”.
Para fortuna de los estadunidenses y de los propios cubanos, no parece tener eficacia ni sentido la trama, ya que se sabe que la política de Obama fue aprobada por una mayoría de tres cuartos de la población yanqui.
El gobierno cubano ha sido prudente al decir que después de un análisis se verá el alcance y sus implicaciones. Los cambios en Cuba ya tienen arraigo y amplitud, pero están empeñados en una revisión y renovación de su modelo económico y social. Insisten en que las decisiones serán del pueblo cubano. Habrán de seguir hablando si hay respeto y cooperación en temas de interés mutuo, así como en la negociación de los asuntos bilaterales pendientes con Estados Unidos, pero sin condicionamientos.