¿Frente? ¿Amplio? ¿Opositor?
La intempestiva convocatoria para formar un frente amplio opositor que participe con una alianza en las elecciones de 2018 genera escepticismo. Valdría la pena revisar algunos de los cuestionamientos inmediatos.
La pluralidad no se hace explicita desde el arranque. Hicieron un llamado a la ciudadanía a participar, pero no integraron en su evento público a representante alguno de la sociedad civil. La foto muestra solo a políticos cercanos al PRD o militantes de ese instituto.
Aunque se vende como una alternativa que hará contrapeso al PRI, renunciaron a la oportunidad que tuvieron en el pasado proceso electoral, para declinar y detener la hegemonía del PRI en el Estado de México. Si la intención realmente era debilitar al partido mayoritario, la estrategia del PRD no demostró ser consistente con el discurso que exhorta, ahora sí, a “derrotar” al PRI.
Aciertan al no ponerle cara al candidato de su alianza en estos momentos; sin embargo, la incertidumbre que generan vuelve inverosímil la oferta de que el candidato elegido pueda ser consistente con los adjetivos “amplio” y “opositor”. ¿El Partido Acción Nacional renunciará a imponer candidato? Con los puntos que tiene por arriba del PRD en varias encuestas, lo más probable es que lleve mano en este proceso.
Aunque parezca imposible, la alianza en medio de la disputa entre los tres precandidatos panistas puede darle más posibilidades a Rafael Moreno Valle. Ni Margarita Zavala ni Ricardo Anaya pueden demostrar que tienen antecedentes de una alianza como la que llevó a Moreno Valle a convertirse en gobernador de Puebla en 2012. ¿Representa el perfil de un opositor que lleva una agenda anticorrupción y de derechos humanos bajo el brazo? Los convocantes del frente habrán de revisar algunas de las denuncias que se le han hecho por otorgarle un fideicomiso por el impuesto de nómina del gobierno a la empresa Evercore, de Pedro Aspe, por 50 años. O el hostigamiento contra periodistas y defensores de derechos humanos del que se le ha acusado en su entidad. ¿Estarían dispuestos los partidos que conformen el frente a colocar como candidato presidencial a un ciudadano apartidista?
Quizá lo que pretenden es replicar una división de fuerzas que parta el pastel electoral en tercios, a sabiendas de que esto complicará la alternancia en la Presidencia y a pesar del riesgo de facilitarle al PRI su consecución por un sexenio más. M