Reaparece El Caballito
El INAH concluye los trabajos, mostrados ayer por María Cristina García Cepeda y Miguel Ángel Mancera
Casi cuatro años han transcurrido desde que la escultura ecuestre de Carlos IV, conocida como El Caballito, fuera objeto de una restauración fallida, lo que ocasionó daños irreversibles en un 45 por ciento de su superficie, de lo que aún no hay responsables.
Mientras la Procuraduría General de la República (PGR) analiza una posible responsabilidad tras la demanda interpuesta por el INAH en octubre de 2013. La obra fue sometida a una restauración que costó 7.5 millones de pesos. El resultado fue develado ayer por María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura, y Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Los funcionarios dejaron caer el enorme lienzo que cubría la obra, restaurada por el INAH, para dejar a la vista a un monumento un tanto diferente al que se había visto antes: ahora luce un verde olivo que, a según los expertos del INAH, es “un verde marrón” muy parecido al tono original con el que fue pintado por Manuel Tolsá hace más de 214 años, quien pintó la pieza para matizar su volumetría y velar algunos parches de esta obra monumental, por lo que no la terminó con una pátina, como se creía. “Encontramos evidencia de que Tolsá terminó visualmente la obra a través de una capa pictórica oleosa; en las piezas metálicas, el concepto de pátina tiene otra forma de tratamiento, un procedimiento químico y de temperatura que no se presenta en este caso, porque Tolsá lo hizo a través de una capa pictórica que aún permanece, aproximadamente en un 30 por ciento del soporte, lo que nos dio pauta justo para conocer la forma en que nosotros teníamos que actuar en el acabado de la pieza”, dijo Liliana Giorguli, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH.
Labor interdisciplinaria
Miguel Ángel Mancera anunció que la escultura estará iluminada y que en el futuro habrá más trabajos de colaboración conjunta con el INAH y la Secretaría de Cultura. Por su parte, García Cepeda se refirió a la historia de esta obra monumental, para lo cual citó incluso al viajero alemán Alexander von Humboldt, quien presenció el 9 de diciembre de 1803 la inauguración de la escultura de Carlos IV en la Plaza Mayor de la Ciudad de México y la comparó con la estatua a Marco Aurelio en Roma. “El artista tuvo el buen gusto de no dorar el caballo, que está simplemente revestido con un barniz olivo verduzco”.
Recordó que fue el virrey Miguel de la Grúa quien ordenó, en honor del rey de España Carlos IV, el diseño y la construcción de una estatua monumental, y según las crónicas, fue realizado teniendo como modelo a un caballo poblano llamado Tambor. “Más de 200 años después nos reúne la conclusión de los trabajos que restauradores, arquitectos, antropólogos, químicos y otros especialistas realizaron en la escultura. El INAH realizó el proyecto para la reciente restauración y conservación de esta obra en dos etapas: la primera encaminada al desarrollo de la investigación histórica, los estudios de diagnóstico integral y el proyecto ejecutivo de conservación y restauración. La segunda, en la que se ejecutaron los trabajos, fue un ejemplo de labor interdisciplinaria”, destacó la funcionaria.
Denuncia
El gobierno de la Ciudad de México, a través del Fideicomiso del Centro Histórico, asumió los gastos de restauración de El Caballito, luego de que contratara, por adjudicación directa, a la empresa Marina Restauración de Monumentos, cuyos trabajadores usaron ácido nítrico para limpiar la escultura, provocándole una severa corrosión.
Esos trabajos fueron frenados por el INAH gracias a la denuncia que hizo en su momento, a través de Facebook, el cronista de la Ciudad de México, Guillermo Tovar de Teresa.
Durante la develación del nuevo rostro del Caballito se transmitió un video que daba cuenta de los trabajos a los que se sometió la escultura ecuestre y el pedestal sobre el que descansa.
En conferencia de prensa, a Diego Prieto, director del INAH, se le preguntó sobre la averiguación previa 206/UEIDAPLE/ LE/1/2013, interpuesta en la PGR, a lo que respondió: “Eso hay que preguntárselo a la PGR, el seguimiento de la denuncia. Hay una denuncia penal, por supuesto, y supongo que tenemos derecho a la información y podemos pedirla para que les indiquen en qué estado se encuentra el expediente de la averiguación previa”. “¿El INAH desconoce ese estado?”, se le cuestionó, y respondió: “Yo no tengo la información actualizada, el INAH se ha dedicado fundamentalmente a restituir la pieza”. M