Giovanni Placentini imprime el claroscuro en la música
Bajo el influjo de la pintura, el compositor mexicano ha utilizado la guitarra clásica para realizar composiciones contemporáneas
El compositor y guitarrista Giovanni Placentini busca hacer una protesta hacia el mundo de la guitarra clásica para presentarla “bajo una nueva luz”. El músico mexicano empezó a tocar este instrumento a los diez años y durante su trayectoria se dio cuenta de que “podía ser un mundo muy protegido. La mayoría de los guitarristas clásicos tocan para otros guitarristas clásicos, que a su vez, componen para guitarristas clásicos. Es un círculo vicioso”.
En conversación con MILENIO, Placentini afirma que no está contra el repertorio clásico, pues él también lo toca mucho. Sin embargo, después de explorar también la guitarra eléctrica e incursionar en una banda de rock y blues, decidió regresar a la composición contemporánea clásica por el deseo de incluir elementos diferentes dentro de un mismo marco, pero insiste en utilizar la guitarra clásica como hilo que los une a todos.
Además de acercarse a la música desde niño, Giovanni creció rodeado de pintura, pues su madre era artista plástica. El músico cuenta que al ver a su madre experimentar con diferentes técnicas, su curiosidad lo llevó a ver si podía “hacer que el escucha oyera luz y sombra”.
Lo anterior despertó su interés por cierto tipo de técnicas, entre ellas el claroscuro, utilizada para crear una ilusión óptica con un juego de luz y sombras en sus cuadros. “Lo hago inspirado en los experimentos que hacían los pintores impresionistas: cómo se reflejaba la luz a diferentes horas del día, por ejemplo. Busco traducir esto al lenguaje sonoro”, explica el músico.
Así surgió Chiaroscuro, en donde, dice, “así como un pintor tiene sus pinturas, su paleta,
“Mis herramientas son el silencio, las pausas, diferentes tipos de ataques de la guitarra...”
mis herramientas son el silencio, las pausas, los diferentes tipos de ataques de la guitarra, el tipo de ataque de la cuerda, el tipo de fraseo, la técnica musical de rubato —es decir, acelerar o desacelerar el tempo de la pieza—. Trato de recrear este juego de luz y sombra de manera musical. Además uso elementos electrónicos para expandir el rango dinámico de la guitarra y partir desde su sonido más puro, es decir, desde el sonido de la caja de madera resonante hasta el uso de procesamiento electrónico con efectos como delay o ecos para colorear el sonido”.
Añade: “Me he enfrentado a esta sensación purista de que la guitarra clásica tiene que ser el sonido natural de la caja, lo que puedo entender porque la gente se preocupa mucho por estas cajas preciosas, precisamente diseñadas para que el sonido sea puro. Entonces llegas tú con un micrófono y te cargas años de exploración y tradición, pero no es lo que quiero hacer, mi intención es mantener ese sonido puro, pero amplificando la guitarra de manera muy sutil”.
Sobre el ritmo Placentini afirma que es la parte más visceral, porque es con lo que se conecta la gente cuando escucha una pieza de música. La pieza que tocará el artista, titulada como el disco, dice que puede parecer arrítmica, sin embargo, “tiene un ritmo parecido a la soleá del flamenco, que sin ser continuo tiene cierto pulso”.
Además de tocar piezas de su último material, publicado bajo el sello Navona Records, Placentini interpretará la pieza llamada Electric Counterpoint, del compositor minimalista Steve Reich, pieza que, según explica, “tiene patrones de ritmos típicos folclóricos africanos, pero utilizados de una manera minimalista en un lenguaje más occidental”.
Hoy, a las 20:00, Placentini presenta su tercer disco, Chiaroscuro, en Departamento, Álvaro Obregón 154, colonia Roma. m