José Luis Cuevas, el arte de un ego rebelde
Líder de la Generación de la Ruptura, el artista se opuso a la Escuela Mexicana de Pintura y abrió espacios de libertad para la creación plástica
José Luis Cuevas, pintor, dibujante, escultor y escritor, uno de los impulsores de la Generación de la Ruptura, y uno de los más severos críticos del muralismo con su manifiesto “La cortina de nopal”, llamado L’enfant terrible, y El gato macho, falleció a los 86 años de edad, la tarde de ayer.
Cuevas, quien nació el 26 de febrero de 1931, falleció en el Hospital Médica Sur, según lo confirmó la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, quien anunció que hoy se le rendirá un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes.
En Twitter, el presidente Enrique Peña Nieto lamentó el deceso del creador: “Artista de México y el mundo, José Luis Cuevas será recordado siempre como sinónimo de libertad, creación y universalidad. Descanse en paz”. En otro tuit expresó: “Mi más sentido pésame a familiares, amigos y a la comunidad cultural por el fallecimiento de José Luis Cuevas”.
A las 20:30 de ayer, Ximena Cuevas, inconsolable, con la voz entrecortada dijo a MILENIO que ignoraba hasta ese momento las causas del fallecimiento de su papá, y que desconocía el parte médico.
Cercano a su esposa Beatriz del Carmen, dejó de existir alejado de sus tres hijas: Ximena, María José y Mariana, y hasta de su hermano, Alberto. Incluso ellas, en las redes sociales, compartieron que no habían tenido acceso a él, que lo buscaron para felicitarlo con motivo del Día del Padre, pero que no pudieron verlo para saludarlo.
Acompañada por sus hermanas, Ximena apenas alcanzaba a decir que nadie se había comunicado con ellas para informales de la muerte de su padre, ni para darles detalles del funeral y del posible homenaje póstumo. “No sabemos nada. ¿Tú tienes noticias de qué le pasó a mi papá? Por favor, si sabes algo
En 1955 expuso en París, donde conoció a Pablo Picasso, quien alabó su trabajo Planteó la libertad de expresión temática y formal ante la imposición plástica
¿me puedes avisar?”, suplicó Ximena Cuevas.
Más rutas
La carrera artística de Cuevas inició desde que era un niño: decía que sus primeros dibujos los hizo a los cuatro años de edad, ya que le llamaba la atención todo lo que sucedía a su alrededor. Vivía en el Callejón del Triunfo y decía que era un lugar muy singular, ya que por ahí pasaban prostitutas, pordioseros y demás.
Relataba que de muy joven se fue a un hospital a retratar a las personas moribundas, que lo inspiraron a trazar “dibujos maravillosos”; tras su difusión, decía: “Los grandes muralistas se sintieron vulnerados pues ellos, a través de la Escuela Mexicana de Pintura proclamaban la máxima: ‘No hay más ruta que la nuestra’”.
Cuevas se dio a conocer internacionalmente muy joven tras exponer en 1954 en Washington; al año siguiente lo hizo en París, donde conoció a Pablo Picasso, quien alabó su trabajo y adquirió dos de sus dibujos.
Su vida estuvo marcada por la leyenda de ser un gran amante, ya que aseguraba haber logrado llevar a su cama a cuanta dama se le cruzaba en el camino. Incluso en su museo se exhibe la cama donde El gato macho disfrutó de esos momentos íntimos.
Vocación
A través de su manifiesto “La cortina del nopal”, publicado en el suplemento México en la Cultura, a sus 23 años Cuevas no solo hizo público su ideario estético, sino además planteó la libertad de expresión temática y formal ante la imposición plástica de la Escuela Mexicana de Pintura, encabezada por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y