Twitter también sirve para “escrachar” a neonazis
El término escrache se remonta al medioevo (romper, escupir, reprochar) pero desde 1995 fue recuperado a modo de jerga en Argentina por el movimiento HIJOS para denunciar la impunidad de los genocidas de la última dictadura, liberados por el indulto del peronista Carlos Mellen. De la denuncia se pasó a la acción directa, identificando públicamente un grupo de personas al aludido, civil o militar, en su domicilio o trabajo. La experiencia se replicó en Sudamérica y también en España, en medio de las protestas por el despojo de la banca a los deudores de hipotecas.
En internet se puede hablar como
doxxing (abreviatura de documents) y a propósito del mitin nazi del sábado en Charlottesville, Virginia, ha movilizado a más de 260 mil internautas en torno de la cuenta @YesYoureReici-st, que alienta a los usuarios a revelar las identidades de los supremacistas blancos.
A partir de fotografías, se insta a los internautas a compartir la identidad de los militantes que hayan participado en la concentración, congratulándose incluso el responsable de dicha cuenta de que algunos de ellos ya han pedido su trabajo al conocerse su filiación de ultraderecha o alt-right, como destaca el vespertino Le Monde. Recuerda que en 2011, Anonymous ayudó a difundir la práctica del doxxing publicando datos sobre agentes de policía y en 2015, de miembros del Ku Kluk Klan, lo cual entonces como ahoa sigue siendo motivo de polémica. AL respecto, el peridista del Washington Post, Dave Weigel, escribe que “no es doxxing identificar a personas que aparecen en público en una concentración y dan entrevistas sobre sus creencias”, pero según Twitter, “no se puede difundir ni publicar informaciones privadas y confidenciales de otras personas, tales como su número de tarjeta de crédito, su dirección o su número de Seguridad Social o el documento nacional de identidad”. Pero nada se precisa sobre el nombre de una persona.
Por lo pronto, la firma estadunidense GoDaddy, que administra los nombres de los dominios, advirtió ayer vía Twitter que dejaba de proveer sus servicios al neonazi The Daily Stormer (un sitio tan racista como burdo, como se puede leer en línea: “semitas musulmanes pasan de ‘follacabras’ a ‘follaburras’, literalmente”), por “violar sus condiciones de uso”; luego de criticar el portal en un artículo a la mujer atropellada por el neonazi de 20 años, James Fields, detenido y acusado ya de asesinato en segundo grado, atropello y fuga.