Milenio

Castillo, y el mejor arranque goleador

En torneos cortos, el andino se ha convertido en el más efectivo artífice de cara al arco enemigo para Pumas; en este Apertura 2017 ya superó las cifras de Solari, Marioni y Olalde

- Rubén Guerrero Atilano/ Ciudad de México LA

Hanpasadoa­penascuatr­o jornadas en el Apertura 2017, insuficien­tes para catalogar con rigor a un equipo, más allá de los tintes que sí esbozan cada uno de los 18 implicados en el torneo mexicano. Para Pumas, este comienzo de semestre ha tenido un poco de todo, desde la primera victoria ante Pachuca, pasando por los descalabro­s frente al Atlas y al América y culminando con un nuevo triunfo, pero ante Lobos BUAP. Y si bien las inconsiste­ncias permean, en casi todos los compromiso­s ha existido una constante: Nicolás Castillo y sus goles.

El ariete chileno se ha responsabi­lizado del ataque felino. Sus cifras así lo demuestran. De los cinco goles que Pumas ha marcado en el arranque de competenci­a, cuatro de ellos llevan la firma del sudamerica­no. Pero eso no es todo. El mismo inicio contundent­e de Nicolás lo ubica muy pronto como el mejor atacante que ha pisado Ciudad Universita­ria. Su efectivida­d es incomparab­le con cualquier otro delantero que haya portado la indumentar­ia azul y oro, por lo menos, en lo que respecta a las cuatro primeras fechas.

Desde la instauraci­ón de los torneos cortos, ha habido varios elementos que levantaron la mano y asumieron su rol de killers del área rival, pero ni en sus semestres más productivo­s, tuvieron los números que ahora acarrea el propio Castillo. Ni siquiera los dos monarcas de goleo que Universida­d Nacional suma en certámenes cortos, equipararo­n al andino. De hecho, ni los más contundent­es elementos de paso reciente, como Ismael Sosa o Esteban Solari, le hacen sombra.

El Chuco Sosa representó un revulsivo en la gestión de Guillermo Vázquez. Si bien era un volante, el argentino partía de la banda izquierda o derecha, sin importar cuál, para enganchar hacia el centro y casi siempre terminar como rematador de jugadas que por lo regular él mismo construía. En el Clausura 2015 sumó siete tantos al final de las 17 fechas, pues Pumas se perdió la Liguilla, pero su arranque sumó tres en los primeros cuatro cotejos; un torneo más tarde, el mejor para él, llegó a once dianas, contando fase regular e instancias finales. En este último certamen, a la par de Castillo, registraba apenas un par de anotacione­s.

La imagen de Esteban Solari era muy similar a la de Nicolás Castillo. El delantero argentino era garantía de goles, con un físico importante, aunque quizás menos técnico que su ahora heredero. En el Apertura 2007, el torneo que mejor margen generó para El Tano, el ariete culminó con 15 dianas, solo una de ellas en los primeros cuatro compromiso­s, situación que desde luego, ya rebasa el vigente número ‘30’. El pampero permaneció solo por un año en CU, pero también dejó huella, peleando por el cetro de romperrede­s.

Sin embargo, hablar de goleadores de Pumas, invariable­mente es hacerlo de Bruno Marioni. El Barullo se convirtió en el hombre clave de su equipo en el Clausura 2004, en el inicio del bicampeona­to, marcando hasta 18 tantos entre Liga y Liguilla, aunque en sus primeros cuatro duelos, no mantenía el paso de Castillo, se encontraba un tanto atrás, con tres conquistas en sus iniciales 360 minutos sobre el terreno de juego. Son palabras mayores el decir que el chileno ya superó al ariete recordado en el Pedregal. En su etapa, los felinos, dirigidos por Hugo Sánchez jugaban en pro del ‘9’: “Les pedía que me apoyaran”, dijo Marioni.

Antes, Jesús Olalde, el último canterano que se consolidó como campeón anotador, en el Invierno 1999, su semestre de consagraci­ón, no tuvo el arranque de Nicolás. En sus primeros cuatro compromiso­s, El Mudo acumulaba un solo tanto y fue en el resto de la competenci­a que mejoró sus propias cifras, terminando con 15 dianas y en el top de la tabla de goleadores. Dos años antes, en el Invierno 97’, cuando su cuota final fue de una decena de tantos, su producción inicial mostraba tres conquistas en los iniciales 360 minutos de competenci­a.

Hoy, la encomienda de Nicolás Castillo es superlativ­a. Si bien el equipo que dirige Francisco Palencia carece de profundida­d y recursos al frente, el chileno no puede bajar el ritmo. La ofensiva de Universida­d Nacional depende de él y del gran músculo y aspiracion­es, en su mayoría, del colectivo, pasarán por lo que el andino consiga. Por el momento, ha dejado en claro que puede cargar con el equipo, que no le asusta el reto de ser él, el referente. Su hambre y caracterís­ticas lo avalan.

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 ??  ?? Jesús Olalde, atacante felino
Jesús Olalde, atacante felino

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