“Peña dijo más de buenos deseos que de realidades”
El director del CIDE señala que no hay un país que esté preparado para hacer frente al avance de las tecnologías de la información
El director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Sergio López Ayllón, consideró que hasta ahora no hay país que haya logrado construir un escenario de salida para enfrentar el avance de las tecnologías de la información y el avance de la ciencia, que sin duda impactarán en los modos de producción y de distribución.
Criticó que en el Informe del Presidente se haya caído en un discurso que no plantea un escenario de salida a un futuro con progreso, pues se limitó a llamar a mantener el proyecto de gobierno o regresar al pasado.
En entrevista con Carlos Marín, para El asalto a la razón, dijo que en su mensaje del quinto Informe de gobierno, el presidente Peña no aclaró cómo llegar a un escenario que lleve a México a ser una potencia del siglo XXI.
Dijo que parecería que la clase política está más preocupada por lo que viene el año entrante, que por la conservación del país, en un entorno de cambio global de gran profundidad que no ha entendido a cabalidad.
De acuerdo con López Ayllón, en el discurso del pasado sábado del presidente Peña Nieto habló más de buenos deseos para convertir a México en una potencia del Siglo XXI, que de realidades.
Consideró que México atraviesa por una situación compleja y ciertamente el Informe presidencial se ha convertido en un acto burocrático, pero es obligado para informar del estado que guarda la situación de la administración pública.
En su opinión, durante el acto en Palacio Nacional, Peña dirigió al menos tres o cuatro mensajes políticos en materia de dignidad para defender al país, pero no describió si ello significa quedarse o salir del Tratado de Libre Comercio.
“La clase política está más preocupada por lo que viene, que en la conservación del país”
Un segundo mensaje, diciendo que la ruta que lleva el país es la ruta correcta y que hay futuro hacia adelante, aunque tampoco detalló una propuesta clara.
Y tercero, “el elefante que está montado en el centro del escenario, que es Andrés Manuel López Obrador, la lucha política que tienen. Hay un mensaje interesante, por un lado dice que va a haber una fuerte lucha política, habla de una lucha por el poder, y luego dice que el poder no debe servir para dividir. “Entonces, parece que oscila, lo voy a decir, entre Maquiavelo y Santo Tomás, la política como bien común y la política como lucha de poder, y ahí dice en su mensaje: regresar es lo que no queremos, el futuro es incierto, pero sí sabemos”.
López se refirió además a la reforma de justicia cotidiana y confió en que las ocho propuestas que el CIDE entregó al Ejecutivo, junto con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, concluyan su discusión y aprobación en el Congreso, al mencionar que figura la conversión de las juntas laborales para facilitar el acceso a la justicia a la mayoría de la población y la cual ya es una realidad.
Planteó que México está atrapado en dos narrativas: la que veía en la globalización, en la liberalización de la economía, y en la democracia, “el fin de la historia”, es decir, una El asalto a la razón. alternativa que puede llevar a un escenario de progreso. “Hoy esa visión está profundamente cuestionada, hay muchas dudas, más bien certeza de que no es lo que se había prometido”, dijo.
Pero la otra vertiente es de quienes traen una retórica más nacionalista, que ante la incertidumbre del futuro prefieren atrincherarse en la visión del Estado mexicano. “Dos historias y no hemos podido, ni en México ni en el mundo, construir un escenario de salida de a dónde vamos; mientras tanto, hay fenómenos que están transformando las realidades sociales. Eso es un cambio profundo que no estamos, ni nosotros ni nadie, siendo capaces de prepararnos hacia el futuro. m