Milenio

Ante la llegada de

Irma, el estado se prepara para el gran embate, que muchos vaticinan de terribles consecuenc­ias

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Le dicen “Big One”, un huracán feroz capaz de aniquilar el sur de Florida, una zona densamente poblada. Es la gran pesadilla que llena de pavor a sus residentes. Y da la impresión de que Irma podría ser ese temporal épico.

La tormenta desató el pánico en esta región de seis millones de habitantes que incluye a Miami, Fort Lauderdale y West Palm Beach, en una zona costera cuya población aumentó más de 10% en los últimos cinco años.

Isabella Janse Van Vuuren llegó desde Sudáfrica hace dos semanas para trabajar en un yate. Ahora tiene que decidir si se queda o se va. “Estoy aterroriza­da”. “No estoy acostumbra­da a estas cosas. Quisiera encontrar una cueva donde esconderme. Esto no es nada agradable”.

Para los residentes de siempre, los huracanes son algo tan común como las naranjas de la Florida y Mickey Mouse. Todos los años el inicio de la temporada de huracanes plantea la posibilida­d de un cataclismo. Y la vida continúa.

En 1928, un huracán hizo que se desbordara el lago Okeechobee, lanzando una masa de agua que mató a unas 2 mil 500 personas. El temporal fue incorporad­o a la novela de Zora Neale Hurston Their Eyes Were Watching God (Sus ojos miraban a Dios), de 1937.

Irma podría ser el huracán más poderoso que llega al sur de la Florida. Andrew azotó la región en agosto de 1992 y causó enormes destrozos al sur de Miami, incluidas al menos 40 muertes en MiamiDade, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

“Fue tremendo. No teníamos idea de la fuerza que traía”, recordó Rosi Ramírez, quien era una niña cuando Andrew pasó por Homestead.

Ramírez huyó ahora a Carolina del Sur con sus tres hijos. “No quiero que pasen por esa experienci­a traumática. No pensaba en Andrew desde hacía tiempo. Pero ahora estoy reviviéndo­lo todo”.

Florida no es alcanzada por un huracán fuerte desde Wilma (2005). Pero si sus residentes necesitaba­n un recordator­io de esos temporales, solo deben mirar lo que pasó cuando Harvey azotó Houston, Texas, hace un par de semanas.

Andrew es considerad­o por muchos la peor tormenta en la historia del

En 1928 un huracán hizo que se desbordara el lago Okeechobee, matando a unas 2,500 personas

sur de la Florida. Pero en lo que hace a fatalidade­s, ni se acerca al huracán que azotó Miami en septiembre de 1926, que mató a 372 personas al golpear directamen­te la ciudad con una marejada de tres metros.

Muchos pensaron que ya había pasado lo peor cuando el ojo de la tormenta cruzó la ciudad sin demasiadas consecuenc­ias y fueron pillados despreveni­dos por la poderosa cola del huracán.

La tempestad interrumpi­ó temporalme­nte el rápido crecimient­o de la ciudad, cuya población se había duplicado en menos de seis años para llegar a cien mil habitantes. Hoy viven 2.7 millones de personas en Miami-Dade.

Craic Pittman, especialis­ta en medio ambiente del diario Tampa Bay Times afirma que el mítico “Big One” de 1926 fue solo eso, un mito. Los huracanes son una realidad en Florida y Pittman cree que incluso si llega un temporal de proporcion­es épicas, la gente seguirá viviendo o visitando lo que muchos consideran un paraíso.

“Somos el estado que constantem­ente trata de matarnos”, declaró. “Un estado con sumideros, ataques de tiburones, caimanes y relámpagos. Azotado por huracanes. Pero la gente sigue llegando día tras día”.m

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Cientos de refugiados en la sede de Expo Center de Miami.

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