Milenio

Aurora boreal sísmica

- Alfredo C. Villeda www.twitter.com/acvilleda

El miedo anidado en la memoria, las luces disparadas al cielo por los caprichos geológicos, la cadenciosa oscilación bajo los también tembloroso­s pies, la sensación de eternidad de unos cuantos segundos letales, el teléfono sin línea y el milagro de señal por la mensajería, los pasos presurosos rumbo a las escaleras de salida unos, hacia la azotea otros, los menos.

El recuerdo inoculado del sismo del 85 se activa con la alarma, que la víspera había advertido en falso, y desata gritos, palideces, risas nerviosas, movilizaci­ón general, prisas y recuerdos de simulacros y protocolos a seguir: nadie empuja, todos en orden por las escaleras, nadie en los elevadores, búsqueda de puntos de reunión, protección en columnas…

En MILENIO, sede Ciudad de México, la alarma suena justo cuatro minutos después de que ha culminado el noticiario de Héctor Zamarrón y a 11 minutos del cierre del diario, por lo que el equipo de televisión está en retirada y la mesa de redacción está en plena faena de envío de las últimas planas al área de producción.

El aviso sonoro permite a los trabajador­es del área televisiva, cuyo centro laboral es el quinto piso, tomar las escaleras y salir a la calle Ayuntamien­to. La mayoría de editores y coeditores de la mesa central del diario y del área digital también tienen tiempo para escapar escalones abajo, ellos desde el sexto piso, entre ellos Ilse Gallegos, quien, temeraria, se da tiempo para tomar con su iPhone un breve video de la sacudida de la redacción, documento que en cosa de minutos se torna viral y da la vuelta al mundo.

El fusilero apaga su par de televisore­s, cierra el correo electrónic­o y toma el celular para emprender la huida, en este caso al helipuerto, pues el protocolo de protección civil así lo indica para quienes laboran en el sexto y último piso del edificio de Morelos 16. Al frente avanzan las coeditoras de informació­n general Marysol García, Hilda Ruiz y Carlos Sánchez El Conde, los fotógrafos Martín Salas y Jorge Menéndez, los reporteros Rafael López y Mariana Hernández. Ya en la cima, aún hay incredulid­ad por la falsa alarma de la víspera. Hasta que el ruido de la alerta da paso a los primeros movimiento­s circulares y a las luces de terremoto que desde esa altura lucen imponentes, una aurora

boreal sísmica que presagia lo peor.

El embate, con una magnitud de 8.2, no deja de ser menos agresivo que el de 1985, pues además de ser solo oscilatori­o, no trepidator­io, viene de más lejos, de Chiapas, en la frontera sur, por lo que más tarde se sabrá que su efecto letal se traduce en 61 muertos en aquella entidad, Oaxaca y Tabasco. Pero no menos intimidato­rio desde esa altura, con las luces de la ciudad y de la energía liberada por la fricción geológica en lontananza, las exclamacio­nes de temor y sorpresa, y los pies que parecen debilitars­e. Y la urgencia de todos de saber por los suyos, algunos con suerte en la entrada de llamadas, otros desesperad­os por la falta de conexión.

Cuando el terremoto y sus luces ceden los refugiados del helipuerto vuelven a sus espacios laborales, pero están solo ellos en el sexto piso, pues el área de seguridad del edificio impide la entrada a quienes huyeron en busca de resguardo mientras no sea constatado que todo mundo esté a salvo. El fusilero, que ha hablado con los suyos para asegurarse de que estén bien, recibe una llamada de Carlos Marín, con quien acuerda cambiar la portada del diario. Nomás hay que esperar a que el personal vuelva a sus puestos, pues para entonces, unos 10 minutos después de terminado el sismo, en el sexto piso solo están el aludido e Hilda Ruiz.

Al paso de los minutos van regresando todos a sus puestos, Zamarrón y Roberto López conducen en televisión, con la compañía más tarde de Azucena Uresti; Óscar Cedillo, quien va bajándose del avión desde Monterrey, llega para hacerse cargo del breaking news con su equipo en web, y Heliodoro Cárdenas toma el control de la informació­n con Alfonso Juárez, Ernesto Galván, José González, la temeraria Ilse y la Mesa Central en pleno para reordenar el diario y cambiar la portada, con el apoyo del escuadrón de diseño y el reportero Pedro Domínguez en la guardia de la redacción.

Cuando comienza la lluvia de fotos, videos y, sobre todo,

memes, caemos en la cuenta de que la competenci­a está usando el video de Ilse, con la redacción de MILENIO sacudida, pero no solo la competenci­a local: hasta el diario italiano La Repubblica lo ha subido ya en un tuit. Ya era viral.

La jornada de trabajo, que pintaba para cerrar no más allá de la medianoche, termina (momentánea­mente) en las plataforma­s de MILENIO a las 3:40 del viernes, después de tremenda sacudida.

 ??  ?? LUIS MIGUEL MORALES C.
LUIS MIGUEL MORALES C.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico