Smartphones Tecnológicas chinas, tras un nuevo nicho
De su lucha por colocar sus en teléfonos ahora pasan a la construcción de autos y conectados
En los últimos cinco años, Baidu, Alibaba y Tencent, los principales grupos chinos de internet, compitieron para colocar sus lucrativas aplicaciones en las pantallas de los smartphones. Sin embargo, ahora cambian su atención a la construcción de vehículos inteligentes y conectados —los denominados smartphones sobre ruedas— a medida que el software operativo se prepara para convertirse en el siguiente gran campo de batalla del mercado automotor.
Hasta el momento, Banma, con sede en Shanghái, una em- presa conjunta de Alibaba con el fabricante de automóviles SAIC, tomó la delantera en su empuje para desarrollar “sistemas operativos automotrices”, que incluyen pantallas táctiles, mapas GPS y otras funciones que habitualmente se encuentran en los smartphones.
El software de Banma, conocido como AliOS —cambió su nombre de YunOS Auto el mes pasado—, se integró en el vehículo utilitario deportivo Roewe RX5, que en su lanzamiento de julio de 2016 se presentó como “el primer coche con conexión a internet del mundo de producción masiva”.
Las ventas del RX5 se dispararon: a julio de 2017 se había convertido en el sexto vehículo utilitario deportivo en su clase más vendido en China, de acuerdo con la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China, mientras que AliOS afirma que tiene 300 mil usuarios.
El 75 por ciento de los clientes dijo que compró el RX5 debido al sistema operativo y a la enorme pantalla en el interior, de acuerdo con una encuesta de satisfacción de clientes.
El próximo año Banma tiene planes de abrir el AliOS a desarrolladores y automotrices, al imitar una estrategia consagrada de la industria de internet diseñada para impulsar la adopción, algo similar a lo que hace Google Android.
Este mes, Banma también anunció otra alianza con la empresa conjunta franco-china Dongfeng Peugeot-Citroën. Citroën lanzará su primer coche con internet basado en AliOS el próximo año, dijeron las dos compañías.
Banma también dijo que está lista para anunciar nuevos socios automotrices a finales de mes cuando expire su garantía de exclusividad con SAIC.
Alex Shi, director ejecutivo de Banma, dice que los planes de la compañía son “darle poder al fabricante y al usuario final con un ecosistema de Alibaba y datos ecológicos”. Dice que el software que no se relaciona con la conducción y más bien es de entretenimiento y compras tal vez pronto sea una parte muy importante del atractivo de los automóviles. “Es posible que tan grande como las aplicaciones que no tienen que ver con las llamadas en los smartphones”, agrega.
Tencent, el rival de la compañía, el mes pasado anunció una empresa conjunta con Guangzhou Automobile Group Company en lo que parece un plan sorprendentemente similar: “Para construir una marca de un automóvil inteligente y conectado con una singularidad y competitividad”. “Definitivamente hay una batalla por ese espacio”, dice Chi Tang, jefe de investigación de internet de HSBC en Hong Kong. “Muchas compañías de internet creen que la próxima plataforma informática será el automóvil y cuando tengan su propio sistema operativo en un coche tendrán la oportunidad de ser los propietarios de la plataforma”.
Las acciones que realizan los grupos chinos de tecnología también pueden desestabilizar a los grandes grupos automotrices de Occidente, ya que se preocupan por ceder el control de los sistemas operativos y aplicaciones integrados al automóvil.
Los automóviles —con sus numerosas restricciones de seguridad ambiental y de cadenas de suministro— siguen siendo mucho más complicados de fabricar que los smartphones, lo que lleva a varios ejecutivos de toda la industria automotriz a expresar su deseo de no quedar “degradados” a ser simplemente empresas de hardware.
En China eso es una gran preocupación, ya que probablemente la “conectividad” impulse cada vez más las ventas de los coches en el país. El software incluso podría superar a la calidad del hardware en el momento en que los compradores averiguan sobre los coches, de acuerdo con una investigación de McKinsey, la consultora internacional. “Los consumidores chinos están más conectados que sus contrapartes en Europa y Estados Unidos, por lo tanto la conectividad en un coche es una extensión natural de su vida diaria conectada”, dice Andy Gao, experto en la industria automotriz china de McKinsey.
El 64 por ciento de los consumidores chinos que encuestó McKinsey en un estudio que se publicó el mes pasado dijo que cambiaría de marca por un coche con mejor conectividad, en comparación con 37 por ciento de los estadunidenses y 19 por ciento de los alemanes. En China, “la conectividad es una característica imprescindible”, de acuerdo con el informe.
Las compañías chinas también están ocupadas con alternativas para software automotor, como el Carplay, de Apple, y el Android Auto, de Google, que integran a los smartphones con las pantallas de los tableros de los coches.
Baidu, la respuesta china a Google, lanzó Baidu CarLife en 2015, similar a Carplay, y desde entonces lanzó DuerOS, que Baidu describió como una plataforma de inteligencia artificial con reconocimiento de voz.
Sin embargo, el principal esfuerzo de Baidu para tener acceso a la industria automotriz es de la dirección mucho más demandante de los coches de autoconducción. La plataforma de vehículos autónomos de la compañía, Apollo, incluye hardware, software y servicio de datos en la nube.
Los sistemas operativos como AliOS no son tan ambiciosos como el software para la autoconducción, pero aún proporcionan a las empresas de internet una forma importante para posicionar sus aplicaciones lucrativas en los automóviles.