Perfilan rescate de pirámide de la Serpiente Emplumada
El plan, en breve, indica el titular del INAH, Diego Prieto; anuncia la realización de la sexta Mesa Redonda de Teotihuacán
Para revertir el deterioro de la pirámide de la Serpiente Emplumada, en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, afectada por la humedad, la lluvia ácida, la radiación solar y la contaminación de Ciudad de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunciará en breve un programa emergente de preservación.
Con este primer paso para la recuperación y mantenimiento de este gran basamento prehispánico, Diego Prieto, director del INAH, anunció la sexta Mesa Redonda de Teotihuacan Orígenes, auge, colapso y herencia, que se desarrollará del 16 al 18 de noviembre.
La estructura prehispánica — totalmente esculpida y pintada con estucos y acabados en blanco, que fue después desmantelada y destruida intencionalmente por los propios teotihuacanos, quienes construyeron sobre ella otra pirámide con cuatro cuerpos, el Templo Rojo—, será atendida de manera integral, detalló el arqueólogo Sergio Gómez.
El especialista también comentó que “un equipo interdisciplinario, conformado por arqueólogos, restauradores, arquitectos, ingenieros, químicos y físicos, analizamos la situación para proponer una solución y frenar el deterioro de la pirámide”.
Gómez dijo a MILENIO que el templo de la Serpiente Emplumada era la base que sostenía la parte alta de la pirámide, una especie de cuarto donde se resguardaban imágenes de deidades. “Con el descubrimiento que hemos hecho, con el túnel que pasa por debajo del templo, estamos estableciendo un vínculo muy estrecho con la concepción que tenían los antiguos pueblos mesoamericanos sobre el cosmos”, adelantó. El director del INAH también explicó que en esta ocasión se rendirá homenaje al arqueólogo Jorge Angulo, “quien posee un alma de artista”, así como a Eduardo Matos Moctezuma, quien de 1992 a 1994 exploró el conjunto habitacional conocido como La Ventilla.
Serán alrededor de 150 investigadores los que se reunirán en este encuentro académico para dar a conocer y discutir los estudios más recientes acerca de la majestuosa ciudad prehispánica.
En conferencia de prensa, Sabuyo Sugiyama, investigador de la Universidad Prefectura de Aichi-ASU, de Japón, explicó que, debido a su originalidad, el trabajo Jeroglífico de aire, enigma sin clave. Glifogénesis, vorágine y gñifocalipsis del Ojo de Reptil, de Maximiliano Sauza Durán, resultó ser el ganador del Premio Teotihuacan.
Por su parte, el arqueólogo Pedro Francisco Sánchez Nava destacó que “por décadas Teotihuacán ha sido uno de los escenarios que, por su magnitud y enigmas, siempre ha convocado a un nutrido número de estudiosos a dirigir su atención para conocer, comprender e interpretar el mundo teotihuacano y los múltiples temas que definen los linderos de su influencia geográfica y cultural. Las cinco mesas redondas realizadas con anterioridad, han sido el foro en el que se han reunido los investigadores más experimentados”.
Sergio Gómez indicó que el comité organizador de la sexta edición de la Mesa Redonda ha propuesto al director del INAH, Diego Prieto, la institución de la Medalla al Mérito Manuel Gamio, que lleva el nombre del descubridor del templo de la Serpiente Emplumada. m El poema nada en un viento y brilla. No sabe quién es hasta que lo arrastran aquí, donde seguramente morirá a la intemperie de las bestias. Me gustaría entender a las bestias para entender mi bestia. La realidad hace gemir con jadeos de animal. ¿Qué gracia fue ganada en su respiración? Ninguna que no fuera perdida. Juan Gelman
Por antonomasia, como declara Deleuze, solo buscamos la verdad cuando estamos determinados a hacerlo en función de una situación concreta, al sufrir una especie de violencia que empuja a esta búsqueda. ¿Quién busca la verdad? Aquel bajo presión de las mentiras. Siempre se produce la violencia de un signo que obliga a buscar, que arrebata la paz. La verdad no suele encontrarse por afinidad; equivocadamente presuponemos que cada uno tiene buena voluntad para pensar “lo verdadero”. Precisamente por esto llegamos a verdades abstractas que poco comprometen y nada trasforman, a un exilio más psíquico que físico.
Creo haber leído al menos tres veces Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro, y otras tantas haber visto la película dirigida por Mark Romanek; ambos cuadros de arranque dejan claro contra qué van: sobre las heridas legadas a causa de la guerra y el difícil proceso de cicatrización. Admiro el tratamiento abierto que le dan a los jóvenes, donde ignoran que son la cura de una sociedad enferma.
Su forma de confrontar, de pensar, las creencias y pasiones de quienes protagonizan sus relatos, ha tenido un gran éxito internacional. Ishiguro, igual que Margaret Atwood, Julian Barnes e Ian McEwan, fue desde sus inicios entusiastamente acogido en el mundo literario, a tal grado que ha obtenido el Premio Nobel de Literatura este año.
La cotidianidad con sus obligaciones y rutinas es algo que soportamos, sin que necesariamente moralice. Al intentar aprehender la vida, libramos una paradójica lucha contra el individualismo, que va minando lo que todos somos. Las novelas de Ishiguro (cuyos títulos desde el principio resultan una advertencia simbólica), enérgicas, diáfanas y profundamente libres, en absoluto dependen de la fidelidad a los hechos; pueden comprenderse vinculándose a diversos géneros, permutando con pericia cualquier suceso registrado, especialmente al temible e imparcial juez del tiempo. m