Big Band Oriental Palace, la música para la libertad
Por segunda vez los reos abandonaron por un rato la prisión para ofrecer un concierto
Piezas de Glenn Miller, Ray Coniff y Dámaso Pérez Prado, y hasta una interpretación de “Bonita”, canción de Luis Arcaraz, conformaron el programa que ayer se presentó en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, con una orquesta y un público especiales.
Se trata de la Big Band Oriental Palace, una agrupación en la que se hallan cuatro grandes maestros que fueron parte de la famosa Orquesta de Dámaso Pérez Prado: los hermanos Ramón y Sebastián Cedillo, así como Celso Aguilar y Pepe Villar. Pero es especial porque sus ocho integrantes principales son internos del Reclusorio Oriente que, por segunda ocasión, dejan la prisión para ofrecer un concierto.
Este material permitió musicalizar los cuatro documentales de la cineasta Sandra Luz Barroso sobre personas ya liberadas, además de ofrecer un concierto para un público integrado en su mayoría por sus familiares, que no dejaron de avivar el ánimo con gritos de apoyo.
Paola Zavala, del Instituto de Reinserción Social del Gobierno de la CdMx, explicó que en esa institución “entendemos que el arte es un poderoso agente de cambio y es a través de él que hoy podemos compartir con ustedes una pequeña parte que realizamos día con día para que las personas liberadas puedan recuperar sus derechos”.
La banda, que nació a mediados de 2016, es integrada por ejecutantes de saxofones, trompetas, piano, guitarra, guitarrón y batería; en febrero pasado dieron un concierto en el Museo de la Ciudad de México y sentaron en el país un antecedente en estrategias de reinserción social a través de la música.
El director artístico de la agrupación, Marco Guagnelli, dijo que el trabajo con las personas en reclusión tiene implicaciones más profundas: “Se trata de que los integrantes de esta big band no nada más se profesionalicen musicalmente sino que podamos desarrollar cohesión de grupo, interactuar con ellos para desarrollar desde una fraternidad hasta un diálogo sobre la música, sobre lo que representa para nosotros en el día a día”.
Además de los documentales proyectados se otorgaron los premios de un concurso de cartel entre personas que obtuvieron su libertad.
Son actividades impulsadas por la Secretaría de Cultura de la CdMx, el Instituto de Reinserción Social y la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, que señalaron que 35 por ciento de las personas presas y en proceso de reinserción en la capital del país realiza alguna actividad cultural, como Cástulo Rodríguez, saxofonista que obtuvo su libertad hace tres meses y que ayer pudo tocar.
También es el caso de César García, quien ofreció su testimonio en uno de los documentales: “Estuvimos juntos mi hermano y yo en prisión; él agarró las clases de yoga, y es la primera vez que nos invita aquí. Me pareció espectacular porque nunca había venido a algo así”. m