Acreditación de universidades, vía hacia la mejora continua
Una oferta educativa de calidad es la mejor vía para que las instituciones puedan reclutar buenos estudiantes y hacer de ellos profesionales con la formación necesaria para enfrentar entornos cada vez más competitivos
Durante las últimas décadas nuestro país ha experimentado un crecimiento acelerado de instituciones de educación superior, así como de programas y modalidades de estudio, de métodos de enseñanza y filosofías de la educación con el fin de servir y satisfacer a una demanda cada vez más diversa, plural y heterogénea. Ante este incremento, las prácticas de acreditación de instituciones y de programas de estudio se han extendido también como una forma de supervisión y medición de calidad.
El tema es fundamental, ya que para ser cada vez más competitivo y productivo, México debe contar con una oferta de educación superior de vanguardia en todos los sectores de la economía. Actualmente existen diferentes vías para asegurar la calidad y demostrar un compromiso con la mejora continua de las instituciones de educación superior. Por un lado, se utilizan las pruebas estandarizadas para evaluar la formación de los estudiantes una vez que han concluido sus estudios de licenciatura. En México, a través del Centro Nacional de Evaluación de la Educación Superior (Ceneval), los estudiantes de algunas universidades públicas y privadas realizan Exámenes Generales de Egreso a la Licenciatura (EGEL) que permiten conocer los niveles de aprendizaje alcanzados y compararlos con los del resto de las universidades que participan en este programa.
Las instituciones de educación superior pueden optar también por acreditaciones voluntarias para medir la calidad de sus programas de estudio. En nuestro país, los organismos acreditadores son regulados por el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (Copaes), una asociación civil autorizada por el gobierno federal para conferir reconocimiento formal y supervisar a organizaciones cuyo fin sea acreditar programas educativos de nivel superior en México. Su misión es asegurar la calidad educativa de las insti- tuciones públicas y particulares nacionales y extranjeras, mediante el reconocimiento formal de organizaciones acreditadoras de programas académicos.
Los organismos acreditadores a su vez son responsables de definir los criterios, indicadores y estándares de pertinencia y calidad para evaluar a las instituciones. Las acreditaciones que brindan son el resultado de un proceso de evaluación y seguimiento del cumplimiento de las funciones universitarias que permite obtener información objetiva sobre la calidad de los programas académicos, los profesores y los procesos de enseñanza de las instituciones de educación superior.
Por otro lado, para el caso de las Instituciones Particulares de Educación Superior (IPES), éstas cuentan con otro mecanismo de acreditación a través de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES). Las instituciones que quieran ser parte de federación deben someterse a un proceso de acreditación institucional que valide su compromiso por la mejora continua de la calidad educativa. En México hay más de tres mil universidades privadas, solo 108 pertenecen a la Federación y solamente 32 cuentan con registro de excelencia.
La Universidad del Valle de México (UVM) es una de las 32 universidades privadas que cuenta con registro de excelencia ante la Federación. Para obtenerlo, pasó por un proceso de acreditación muy exhaustivo que implica cumplir con 19 criterios y 134 indicadores de calidad, los cuales son verificados por un grupo de expertos integrados por otras universidades privadas.
La acreditación que otorga la Federación recibe el nombre de Lisa y Llana para aquellas instituciones que cumplieron con 100 por ciento de los criterios de evaluación.
Una oferta educativa de calidad es la mejor vía para que las instituciones puedan reclutar buenos estudiantes y hacer de ellos profe-
La UVM es una de las 32 escuelas privadas que cuenta con registro de excelencia
sionales con la formación necesaria para enfrentar entornos cada vez más competitivos. La acreditación representa un esfuerzo de las universidades para informar y rendir cuentas a la sociedad, a los alumnos y a sus familias sobre la calidad de los servicios que ofrecen y fomenta el mejoramiento continuo. Sin resultados concretos en una mejor educación superior, al día con las transformaciones tecnológicas que vive el mundo, México irá perdiendo competitividad y la capacidad de generar más y mejores empleos para los jóvenes. m