A cerrarse un capítulo siniestro de Argentina con la prisión perpetua a varios genocidas
Tras 4 décadas, comenzó
El miércoles comenzaron a conocerse los fallos en el mayor juicio celebrado en Argentina por los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó la mayor cárcel clandestina de la última dictadura militar (1976-1983) y desde la cual se operaron los “vuelos de la muerte”: 4 mil detenidos políticos fueron lanzados al Río de la Plata por aviones de la Marina, drogados y maniatados.
Un tribunal de Buenos Aires condenó a cadena perpetua a Jorge El Tigre Acosta, ex capitán de fragata y ex jefe de Inteligencia de la ESMA, y al ex capitán de la Armada y agente de inteligencia Alfredo Astiz, Ángel rubio o Ángel de la muerte. Ambos cumplen otras cadenas perpetuas por delitos cometidos en la dictadura.
Otro condenado es un conocido de los mexicanos: el ex capitán de corbeta Ricardo Miguel Cavallo, quien con identidad falsa dirigía el efímero Registro Nacional de Vehículos (Renave) en el gobierno de Ernesto Zedillo hasta que la prensa reveló su pasado. La Interpol lo detuvo en Cancún en 2000 y en 2003 México entronizó la justicia universal al extraditarlo a un tercer país, España, donde el juez Garzón lo reclamaba por de genocidio y terrorismo contra ciudadanos españoles en Argentina.
La lectura de la sentencia se vivió en Argentina como una catarsis colectiva retransmitida al mundo, con los sobrevivientes o familiares de las víctimas en la sala mirando a la cara a los condenados.
El fallo llega tras cinco años de audiencias en el mayor juicio por delitos contra la humanidad celebrado en el país, en el que están acusadas en total 54 personas, entre ellas el piloto de la aerolínea holandesa Transavia y marino retirado Julio Poch, extraditado desde España por tripular los “vuelos de la muerte”.
Los acusados están implicados en 789 hechos de secuestros, torturas y homicidios en la ESMA donde habrían estado retenidas unas 5 mil personas. Por el juicio pasaron 900 testigos, entre ellos unos 400 sobrevivientes.
“Llegamos a este veredicto signados por la impunidad biológica, ya que 14 de los acusados escaparon a la condena por haber sido apartados del juicio debido a cuestiones de salud o murieron sin haber sido sentenciados”, dijo en la agrupación Justicia Ya Buenos Aires. Aún hay 449 criminales presos y 553 en prisión domiciliaria, y quedan otros 420 procesos en marcha. m