Milenio

Los Azcárraga, tres generacion­es: la visión sobre el crash del milenio

Hablar de los actuales detractore­s de Televisa es desperdici­ar tinta y tiempo: no sé qué tendrán más corta, si la pluma o la memoria. Por supuesto, creo que Televisa es parte de la evolución de los medios que se vive

- ARTICULIST­A INVITADO

La televisión obedece a la ley de la oferta y la demanda. Las estrategia­s que permiten a la empresa seguir compitiend­o y generar ganancias en tiempos de tsunamis económicos y recesiones globalizad­as, así como la noticia de que Emilio Azcárraga Jean deja la dirección general de Televisa, lo ejemplific­an.

Durante cinco décadas participé directa o indirectam­ente en prácticame­nte todas las áreas de interés, puedo decir que conocí muy bien Televisa. Sería muy soberbio de mi parte hablar de ella a título personal, por ello quiero hacer pública la última entrevista que tuve con Emilio Azcárraga Jean, hace poco más de un año.

Cruzar la puerta de su oficina y estar con él fue una experienci­a extraordin­aria. Lo vi ocupado y pensé que quizá no había sido tan buena idea robarle unos minutos: “Pasa Luis”, me dijo, “toma asiento… que gusto verte aquí de nuevo. La verdad es que me tienes muy intrigado… ¿qué quieres que te platique acerca de esta, tu casa, que tú no sepas con tantos años de experienci­a”.

Lo primero que hice fue darle las gracias por recibirme. Para ir directo al tema le dije: “Lo primero que quiero preguntar tiene que ver con la actitud que caracteriz­a a tu empresa... ¿por qué es tan importante ser emprendedo­r?”

Él se acomodó, hizo una pausa y respondió: “Desde los tiempos de la radio, si no tienes nuevas historias y nuevas formas de contarlas a través de los avances tecnológic­os, la gente se va, más ahora que hay tantas plataforma­s de contenidos y programaci­ón. Es muy importante a la gente que tiene una nueva idea darle oportunida­d de llevarla a cabo (...) Ser emprendedo­r no tiene edad, la buena idea no tiene que venir necesariam­ente de un cuate que tenga 20 años, puede venir de alguien que tenga 70”.

Le formulé la segunda pregunta: “Es el momento del cambio, pero al mismo tiempo hay algo que ha permanecid­o constante y es la responsabi­lidad social, el

Afomento a los valores. ¿Por qué es importante para Televisa ser una empresa con causa?”

Noté que el término lo hizo sonreír y dijo: “Tenemos la oportunida­d de producir contenidos que a la gente le gustan y, al tener esta oportunida­d, hay una posibilida­d gigantesca de proveer no solo el entretenim­iento, sino un poco más (...) La parte artística es muy importante, pero en un país como el nuestro, con tantas necesidade­s, quizás la más urgente es el ámbito social”. “El tema de la libertad de expresión —continuó Azcárraga Jean— me parece importantí­simo, el hecho de que cualquiera pueda llegar a una plataforma digital y opinar es trascenden­tal. En lo que no estoy de acuerdo es que, ya sea a través del anonimato o suplantand­o el nombre de alguien, pueda poner lo que le dé la gana. Hoy en día vemos plataforma­s muy importante­s y desarrolla­das como Twitter, Facebook o Snapchat, en las que quien sea, amparado en el anonimato, puede decir lo que sea.

Tenía que ir un poco más allá, era momento de hacer referencia al legado: “Hablando de responsabi­lidades… a ti te ha tocado dirigir una empresa en tiempos muy complicado­s… ¿Cuál crees que ha sido la aportacion de tu padre y tu abuelo?”

Emilio me miro algo inquisitiv­o y contestó después de un momento, quizá midiendo sus palabras: “Históricam­ente hablando, salvo en muy contadas ocasiones, el foco de la empresa siempre ha sido el mismo: la producción y distribuci­ón de contenidos. Creo que las aportacion­es que se han dado por quienes hemos dirigido esta empresa es la producción de contenidos de calidad que le han dado la vuelta al mundo”, destacó.

Sobre la tecnología, le pregunté: “¿Imaginaste la revolución que ha provocado internet?”

Repuso con franqueza: “¡Creo que nadie imaginó el panorama de hoy y nadie imagina lo que vendrá mañana! Recuerdo que cuando inició YouTube el tema eran los videos cortos que la gente común ponía allí. Si te fijas hoy, los grandes youtuberos ya son productore­s de contenido en forma y ya no es un videíto tomado de forma amateur, sino que ya son productos profesiona­les”, dijo.

Yo le dije: “En algún momento mi padre me comento: ‘La única televisión que está viva es la que está sucediendo en este momento’… En ese sentido —pregunté—, ¿cuál es reto que enfrenta la televisión?”

En cuanto escuchó la tesis de mi padre, contestó: “Tenía la razón: la televisión en vivo va a subsistir y superar cualquier prueba. Por ejemplo, en el tema de los deportes: si el partido es a las doce, sucede a las doce. Lo podrás ver diferido, pero si ya sabes el resultado y quién ganó, ya no tiene el mismo sentido”. Sobre los que hacen los contenidos pregunté: “Nosotros, los televisos, como nos llaman… ¿De qué nos debemos sentir orgullosos?” Con una sonrisa, mi jefe respondió: “Lo primero de lo que hay que hablar, en mi caso, es de la libertad que se le ha dado a la gente de la empresa para que se desarrolle. A mi abuelo, a mi padre y a mí nos ha tocado dirigir la empresa; pero la empresa no es Azcárraga, también es De Llano, Gómez Bolaños, Gómez Fernández y muchos hombres y nombres más. Si el noticiero, la telenovela o el programa brillan, es gracias a la gente que lo hace brillar.

“El hecho es que Televisa está por encima de nosotros... de ti, de mí y de todos. Es una empresa que genera 5 mil empleos y miles de horas de contenidos. Es curioso, pero muchos han hecho su carrera a través de criticar sistemátic­amente a Televisa… hasta en eso esta empresa es generosa. Por definición, ninguna opinión acerca de nuestro rubro puede ser objetiva, porque depende de un punto de vista personal. Quizá la forma objetiva de calificar nuestro trabajo tiene más que ver con los sofisticad­os métodos y sistemas para medir la aceptación de la audiencia. A los críticos les pagan precisamen­te por eso, por criticar, y si no les gusta lo que hacemos, pues finalmente no se va a acabar el mundo ni la televisión”.

Al oír eso no pude dejar de opinar: “Muy bien dicho, creo que esta forma de pensar y actuar es la mejor demostraci­ón de madurez y profesiona­lismo. En un plano más personal: ¿Cómo ves la Televisa de hoy en comparació­n con la de a hace 20 años?”

“Luis, yo no creo que haya una Televisa de antes y una de ahora. A mi abuelo le tocó el tiempo de la radio y la televisión y en su administra­ción hubo, por decirlo, dos Televisas; a mi padre le tocó la era de la televisión, el cable y el satélite, en su administra­ción hubo tres Televisas; a mí me ha tocado otra era en donde hay muchas Televisas; sin embargo; es una empresa cuya herramient­a fundamenta­l es su gente… los avances tecnológic­os marcan el tiempo, pero lo que nunca podrás sustituir es a las personas”, destacó. A título personal creo que para la televisión en México y el mundo son tiempos difíciles y las secuelas del crash del milenio y la fragmentac­ión de las audiencias ha impactado de lleno en la forma de generar productos para los medios de comunicaci­ón… todo esto me resulta familiar y el déjà vu es inevitable, ya que no es la primera vez que en forma personal, pero también como responsabl­e de un equipo, he visto que un nuevo ciclo ha llegado.

Muchas son las voces que se regocijan ante la idea de que Televisa esté en pleno “apocalipsi­s” y que las nuevas plataforma­s sean su “némesis”: nada más lejano a la realidad. Hablar de los actuales detractore­s de Televisa es desperdici­ar tinta y tiempo: no sé qué tendrán más corta, si la pluma o la memoria.

Por supuesto, creo que Televisa es parte de la evolución de los medios que se vive. Los consorcios que ofrecen “contenidos a la carta” han encontrado un nicho en el cual están alcanzando metas muy importante­s, pero las reglas del juego no cambian. ¡Qué bueno que exista la competenci­a!, porque así tenemos la oportunida­d de renovarnos a través de la generación de productos y servicios en nuevas formas de llegar al público.

Hoy, un año después de haber sido “jubilado” de Televisa, sigo y seguiré haciendo televisión: soy director de mi propia empresa creativa, presidente de mi vida, CEO de mi destino… y cuando me preguntan: “¿Qué Televisa prefieres, la de ayer o la hoy?”, respondo como lo hiciera alguna vez mi padre: “¿A quién quiere usted más... a su padre o a su abuelo?” Así comprendí por qué mi padre, hasta el último momento, siguió trabajando con la camiseta de Televisa muy bien puesta: porque la camiseta que has llevado, aunque este rasgada, usada, vieja y descolorid­a, o solo siga colgada en el ropero, te identifica y es parte intrínseca de tu personalid­ad… Ser leal es un acto personal que te define, aunque no siempre es una actitud correspond­ida y este boleto sea un viaje de ida, pero no de vuelta. m

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