Milenio

Una sequía de 650 minutos

Los delanteros del América suman siete partidos en la Liga Mx que no han logrado marcar un gol; el último fue de Oribe Peralta, que le anotó a Chivas el 18 de octubre

- Higinio Robles León/ Ciudad de México

El jueves, los jugadores de América se fueron de la cancha del estadio Azteca sin dar declaracio­nes, machacados por la derrota. Por una parte, porque la acción en la que Tigres se puso en ventaja fue una jugada en la que no hubo penal por parte de Bruno Valdez, de nuevo el arbitraje tuvo un error determinan­te en su contra, pero también porque el juego estuvo lejos de la proyección que habían tenido, fueron superados por los universita­rios y el resultado los tiene contra las cuerdas.

América no reacciona, el equipo sigue sin encontrar la ruta de la portería rival, hasta la serie contra Cruz Azul estaba el consuelo de que era una cuestión de falta de puntería, se admitía la poca efectivida­d, pero se ponderaba que había llegada, que el equipo era capaz de generar una o dos acciones.

El discurso de Miguel Herrera se enfocaba en dar confianza a sus delanteros, lo hizo en la conferenci­a del martes, cuando dijo que en cualquier momento sus delanteros podrían ver la luz. El asunto es que en el duelo de ida de la semifinal sus atacantes ni siquiera tuvieron una llegada clara; las Águilas acusaron no un problema de contundenc­ia, sino de creación, lo que llevó a que ninguno de los delanteros que tuvieron actividad el jueves, pudieran tener un remate a modo.

Ese argumento que valió las semanas anteriores se esfumó de un plumazo ante Tigres, un equipo que se repartió bien la cancha y que en la mayoría de duelos individual­es salió victorioso, tuvo superiorid­ad en la faceta defensiva y la ofensiva. Lo que obligó al América a estar muy pendiente atrás y negado al frente.

El plan de irle a buscar la cara a Tigres duró pocos minutos, porque el cuadro del Tuca Ferretti se asentó en el campo y gobernó el partido de principio a fin. No hubo recursos en el conjunto de Coapa que pudieran romper con ello, el ingreso de Renato Ibarra, Diego Lainez y Alejandro Díaz, mejoraron un poco la imagen, pero no alcanzó.

América necesita marcar dos goles para avanzar, uno o cualquier empate le deja fuera de la final. El problema es que la credibilid­ad sobre los hombres del ataque americanis­ta es casi nula, porque llevan muchos partidos en la oscuridad, se les niega el gol y lo resiente el equipo, porque sin ello no se puede aspirar a nada.

El último gol que marcó un delantero del América en la Liga Mx se remonta al partido contra Chivas, fue la Jornada 10 (que se postergó por el sismo del 19 de septiembre), lo anotó Oribe Peralta, quien aprovechó un balón que escupió Rodolfo Cota, una anotación circunstan­cial y de instinto puro, dos aspectos que no se han alineado para los atacantes en los últimos siete partidos de Liga.

Ese gol de Oribe cayó en el minuto 70, es decir que los delanteros azulcremas registran una sequía de 650 minutos sin marcar, una cifra bastante alta, porque si bien es cierto que cualquiera puede marcar goles en un equipo, la responsabi­lidad EN LA COPA MX la sequía de los delanteros fue similar; ante Cruz Azul y Monterrey no anotaron, el último fue de Oribe en octavos contra Querétaro.

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Oribe Peralta en el partido de semifinal contra Tigres
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