Milenio

LA NUEVA LEY SIN TELARAÑAS

- Carlos Marín

Muchos de los mitos que se propalan a punto de nacer la ley de seguridad nacional son reflejo de la confusión, de lecturas descuidada­s o mero activismo de los “políticame­nte correctos”.

Lejos de que el dictamen contemple “perpetuar la militariza­ción” del país, delimita la participac­ión del Ejército y la Marina en funciones policiacas.

Prevé, eso sí, una desagradab­le supletorie­dad, pero a plazo fijo, del mando civil que, sin embargo, impone la obvia incapacida­d de todo tipo de autoridade­s locales.

La ley dispone que se notifique a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; tiene controles legislativ­os y se mantienen intactas todas las garantías individual­es durante el periodo en que se lleve a cabo la actuación militar.

Marchas de protesta y de las expresione­s políticas no son considerad­as como “afectacion­es” a la seguridad interior; y no es inconstitu­cional en el sentido que advierten los demagogos.

Aun mejor: disminuye considerab­lemente la discrecion­alidad del Presidente para utilizar a las tropas contra las pandillas del crimen organizado, puesto que fija una normativid­ad y un protocolo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico