Becas Conacyt: más historias de terror
La semana pasada esta columna trató de la crisis de las becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para estudiantes mexicanos en el extranjero (http://bit.ly/2zUZJoU).
A raíz del texto, decenas de estudiantes escribieron para compartir experiencias sobre el calvario de conseguir que el consejo les deposite fondos no solo para estudiar, sino para subsistir.
Un estudiante mexicano en Australia fue sancionado por falta de pago, ya que el recibo de su colegiatura era por el semestre de otoño. Nadie en Conacyt cayó en cuenta de que en el hemisferio sur las estaciones corren a la inversa del hemisferio norte.
Otro, éste en Estados Unidos, habló una decena de veces al consejo; jamás consiguió una respuesta clara. El pago fue hecho hasta que sus papás tomaron tiempo de su horario laboral y fueron personalmente a las oficinas para exigir que se cumpliera con el contrato.
Una estudiante, harta de no recibir respuesta, le dijo a la persona que llevaba su caso que solo por ser becaria no se merecía un mal trato. La persona la amenazó con colgar el teléfono y no darle información alguna. La estudiante rompió en llanto.
En tiempos recientes, las cosas han empeorado. Esta semana, varios becarios se han quejado de que su pago de manutención va retrasado. Hace pocos años se depositaba el primero de cada mes, ahora es común que llegue el quinto día hábil. El retraso genera problemas en cuestiones tan básicas como pagos de renta.
Y ya no solo son las becas. Los estímulos del Sistema Nacional de Investigadores, que también depende de Conacyt, igual se han retrasado. Esos estímulos conforman gran parte del sueldo de los académicos en México. El pago de este noviembre se cubrió hasta el último día del mes. Investigadores que llevan décadas en el sistema dicen que es la primera vez que esto sucede.
Algo ocurre en Conacyt, y los afectados son nuestros académicos y estudiantes, aquellos responsables del “desarrollo del futuro de nuestro país”, en palabras del presidente Peña. M