Los pericos no son… mamíferos
Hace unos dos meses me preguntó un joven amigo: ¿votarías por el Frente? Le contesté, si el candidato fuese Jorge G. Castañeda, sí. Los pericos no son mamíferos.
Estamos a unas horas de que se constituya el Frente, la candidatura presidencial será para Ricardo Anaya, la de Ciudad de México para Alejandra Barrales y un reparto de los diputados, senadores más “mano” en las gubernaturas, según sean del PAN o del PRD; no queda claro cuánto sea para Dante, pero seguro habrá algo, puesto que él, menos que nadie, da su “amor” gratis.
En estas condiciones el Frente es un amasijo de los restos del PRD, de un PAN muy disminuido por los que se fueron con Margarita Zavala y los que están abiertamente o en el clóset con José Antonio Meade.
En este escenario todo apunta a que la disputa final sea entre AMLO y Meade.
No hay que descartar que el gobierno haya hecho todo lo posible para conseguir esta “segunda vuelta “adelantada.
El Frente es un nuevo ropaje de las “movidas” de la partidocracia para que todo siga bajo su control. Tanto por sus integrantes, tres partidos: PAN, PRD y el de Dante, como por sus trayectorias en los gobiernos que han tenido, sus vínculos con los poderes fácticos y su inmensa distancia con los intereses de los millones de asalariados con una precariedad laboral cada vez mayor, los que viven en la llamada economía informal, los campesinos casi en extinción, los siempre discriminados indios, las mujeres, los jóvenes sin presente y sin futuro, incluso los que tienen posgrados, no se diga los eternos rechazados; en una palabra, los condenados de la tierra están totalmente fuera del Frente.
En la otra opción, AMLO y su Morena, más eso que se denomina PT y algún otro membrete de pillos y los que integran su plana mayor, como los empresarios encabezados por Alfonso Romo o lo que representa Esteban Moctezuma y los dinosaurios como Manuel Bartlett, Layda Sansores y lo que se acumule esta y las próximas semanas, está conformado el polo del echeverrismo tardío.
No existe ninguna opción electoral que represente un camino diferente al que ha sido dominante por más de un siglo y que excluye a los “condenados de la tierra”. Salvo Marichuy, si está en la boleta. M