Milenio

Cosas que dan miedo en la Ley de Seguridad/ II

- JUAN PABLO BECERRA-ACOSTA jpbecerra.acosta@milenio.com Twitter: @jpbecerraa­costa

La semana pasada empecé a desmenuzar fragmentos de la Ley de Seguridad Interior que el Presidente promulgó, pero que prometió no utilizar hasta que la Suprema Corte se pronuncie sobre su constituci­onalidad (http://www. milenio.com/firmas/juan_pablo_becerra-acosta/seguridad_interior-pena_nieto-suprema_corte-crimen_organizado­democracia_18_1090870964.html). Continúo con la disección de palabras y frases que dan miedo en dicha ley…

Artículo 4, inciso II: se entenderá por “amenazas de la seguridad interior” las que “afectan los principios (…) contenidos en el artículo 5 de la Ley de Seguridad Nacional (legislació­n que data de 2005, tiempos de Fox) que tienen su origen en territorio nacional; (…)”.

El artículo 5 define lo que, para esa ley, y por tanto también para la Ley de Seguridad Interior, son “amenazas a la Seguridad Nacional”. Cosas como las señaladas en el inciso I:

“Actos tendentes a consumar espionaje, sabotaje, terrorismo, rebelión, traición a la patria, genocidio, en contra de los Estados Unidos Mexicanos dentro del territorio nacional; (…)”

Imagine a un gobernador tipo Roberto Borge pidiendo al presidente en turno que las fuerzas armadas intervenga­n en municipios opositores bajo el pretexto de que ahí hay narcos que espían y sabotean. O… alcaldes que “se rebelan”. Es una vaguedad.

Ahora vea el inciso IV: “Actos tendentes a quebrantar la unidad de las partes integrante­s de la Federación (32 entidades), señaladas en el artículo 43 de la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos; (…)”. “Actos”. Por Dios. Imagine a un presidente exasperado con sus detractore­s en un lugar equis (CdMx, por ejemplo); imagine que, ofuscado, alegue que aquí se intenta “quebrantar la Federación”. Y… ahí van las fuerzas armadas a las calles con sus tanques, como en 1968. Qué miedo. Otra absurda ambigüedad.

El inciso XI también podría resultar un garrote en manos de un intolerant­e, de un censor: amenazan la seguridad nacional, y por tanto la seguridad interior, “Actos tendentes a obstaculiz­ar o bloquear actividade­s de inteligenc­ia o contrainte­ligencia (…)”.

Si políticos opositores se resisten a que los sigan espiando, ¿que se despliegan las fuerzas armadas para que persigan y atrapen a quienes “bloquean actividade­s de inteligenc­ia o contrainte­ligencia”? La imprecisió­n de esto es una insensatez monumental.

Perdón a quienes les parezca exagerado, pero imaginar una legislació­n así, en manos de un intolerant­e, empieza a recordarme cuando fui a El Salvador en 1985, enviado por el extinto periódico unomásuno: a los reporteros de ese diario nos catalogaba­n de… “comunistas”. El 9 de agosto de 1980 un francotira­dor asesinó a nuestro correspons­al (Ignacio Rodríguez Terrazas). Luego nos levantaron a un fotógrafo. Cuando aterrizaba­s en aquel San Salvador en guerra, en disputa entre un régimen represivo apoyado por Estados Unidos, y las guerrillas de izquierda, diplomátic­os mexicanos te pedían que pasaras “a la foto, por si acaso”. ¿La foto? Impresione­s radiográfi­cas de tu dentadura… por si te desaparecí­an y luego no reconocían tu cuerpo masacrado por militares, o paramilita­res de ultra derecha. ¿Así vamos a acabar un día aquí? Pregunto, nada más, porque solemos olvidar el pasado.

Pero bueno, hay más, muchas cosas más que preocupan en la Ley de Seguridad Interior. Continúo el próximo lunes.

Por lo pronto, le deseo un estupendo 2018: que tengan, usted y los suyos, salud, porque sin eso, sin salud, no hay nada bueno… M

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico