Milenio

¿CUÁNTO CUESTA SER FELIZ?

Inicia un año, la lista de propósitos se renueva también. Deseos que tal vez por lustros se han postergado y aguardan el aire fresco que trae consigo el comienzo de un ciclo. Para cumplir estos sueños, además de la acción inmediata, hay otro método: el o

-

Forbes coach, Di con México Vive gracias a una amiga cercana. Según sé, a partir de 2018 la empresa cambiará de nombre a Todos por México. La agenda fue la siguiente, miércoles, jueves y viernes, de 7:30 pm a medianoche, sábado y domingo, de 11:00 am a 11:00 pm y 7:00 pm, respectiva­mente. Cuota de primer nivel, tres mil pesos.

Doce personas de diversas edades sentadas dentro de un salón, aguardamos a escuchar las primeras palabras del coach. Quien estaba escoltado por dos pizarras —en las que se apoyaría todo el curso para escribir y explicar sus teorías—. Día a día, la dinámica sería similar. A un costado del salón, detrás de una larga mesa, observaban sigilosos cuatro miembros del staff, mismos que apoyarían con las actividade­s grupales.

El coach ajustó su micrófono y dio inicio a la charla: “Hola, mi nombre es tal y te acompañaré durante este proceso de transforma­ción al que te diste la oportunida­d de ingresar… Esta sesión introducto­ria es para decirte lo que es y lo que no es México Vive, esto no es una terapia de superación personal, tampoco es una pirámide en la que te voy a pedir que vendas productos por mí. Es un proceso TRANS-FORMA-CIONAL: de TRANS que significa cambio, de FORMA que es la manera en la que llevamos a cabo nuestras acciones y CIONAL que es como tal la acción. Para los árabes las palabras que llevan T al inicio están relacionad­as con la fe (¡¿qué?!), o sea que hay que tener fe en el cambio; si lo juntamos todo quiere decir ‘tener fe en que podemos cambiar la manera en la que actuamos’. Eso haremos aquí” (Okeeey).

Las manecillas del reloj caminaron. Discursos para entender los principios de la conducta humana en sociedad. Distinguir qué acciones comete una persona positiva y una negativa. Cómo reaccionar ante recuerdos dolorosos y superarlos. Lágrimas. Risas. Sesiones agotadoras de inmersión a nuestro pasado, a los traumas de infancia, a los apegos y a los rencores encarnados. Todo esto fue llenando los minutos de ejercicio interno de miércoles a domingo. El sábado por la noche, hicimos las paces con nosotros mismos, nos abrazamos y bailamos. Fue hermoso. Me di cuenta que cada tanto el coach desviaba la atención hacia cómo él había emprendido cada uno de sus negocios y qué debías entender para vender una marca. En qué momentos subía el tono de su voz y qué botones apretaba en los participan­tes para romper las barreras de la incredulid­ad o empujarlos al llanto.

A la mañana siguiente, el ánimo dominical se sentía agradable. Era el día de la graduación. El coach nos reunió en dos hileras y describió los costos del siguiente nivel y los días a realizarse. Tras de esto, preguntó quiénes continuarí­amos con el entrenamie­nto. Unos dijeron que llegarían al final, otros más confesamos que ahí pararíamos y pocos aceptaron que irían por el segundo paso. Ahí, el entrenador, frunció el ceño, giró hacia la pizarra de papel y comenzó a hablar con su caracterís­tico tono alto a la par que sacudía el plumón rojo sobre la hoja blanca: “existen tres tipos de personas, las que juegan para ganar, las que juegan para no perder y las que juegan para perder ¿qué clase de jugador eres tú? ¿Qué te impide llegar hasta tu meta? ¿Es el dinero? Mira, tenemos una promoción. Normalment­e por el nivel dos pagarías $4,000 y por el último $3,500. Si hoy te decides a ser esa persona que quieres ser, solo paga los cuatro mil y tienes asegurado todo tu entrenamie­nto. Lo que hoy te llevas solo es motivación, que te durará a lo mucho quince días”. Los ojos complacien­tes de los “entrenados” chocaron entre sí. ¿Por qué elevar a alguien a un punto de estabilida­d chido para luego bajarlo y decirle que si quiere más debe pagar otra función?, ¡maldito capitalism­o! pensé.

Llegó el final. Los graduados tuvimos una especie de espectácul­o de otros graduados. De aquellos que jugaron para ganar y concluyero­n el entrenamie­nto. La terapia terminó y cada quien partió a casa. Luego de hacerme varias preguntas existencia­les, concluí que esas narracione­s maquillada­s acerca de los negocios del coach, tal vez son para convertirt­e en un buen vendedor y aprendas a ofrecer ese entrenamie­nto a más personas. Lo que aún no lo logro descifrar es: ¿Qué precio está dispuesta la gente a pagar para alcanzar un ideal de felicidad?, ¿cuánto cuesta ser feliz? y ¿por qué son tan ricas las galletas de chispas de chocolate con mota? m

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico