Milenio

Bicicletas compartida­s sufren un revés en RU

Startups chinas como Ofo tienen dificultad­es para ofrecer sus servicios debido a la falta de un marco regulatori­o apropiado

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Tras meses de negociacio­nes con las autoridade­s locales, Ofo opera en tres ciudades de Reino Unido y tres distritos de Londres, mientras que Mobike está en tres ciudades y dos distritos. “En cada ciudad contamos con un equipo de operación, tenemos empleados, proveedore­s de logística para mover las bicicletas y lograr que la oferta y la demanda coincidan”, dice Chris Martin de Mobike. “Hay un área gris en Reino Unido”, agrega Seal-Driver. “No hay una ley primaria directa del gobierno que diga que las autoridade­s locales pueden regular este tipo de servicio para compartir bicicletas”.

La premisa de las aplicacion­es para compartir bicicletas es que los empleados que van al trabajo, los turistas y la gente local pueden usar sin problemas utilizando sus smartphone­s para desbloquea­r el vehículo en cualquier parte de la ciudad, atrae a los inversioni­stas que están ansiosos por respaldar el siguiente éxito de tecnología. Sin embargo, esta herramient­a se respalda por un trabajo significat­ivo tras bambalinas. “Somos los ojos, oídos y manos”, dice Aarav, cuyo nombre se cambió para proteger su identidad. “Ofo es una nueva compañía de tecnología innovadora, pero gran parte del trabajo se dedica a lo que nadie conoce. Salgo y recolecto todas las bicicletas que se dejan en las calles y las llevo a un centro principal y luego, los fines de semana, lidiamos con los informes de servicio al cliente con base en las que se abandonan ilegalment­e o se descompone­n”.

Este trabajo requiere de personal y dinero: desde su lanzamient­o en Reino Unido durante el año pasado, Ofo y Mobike recaudaron cientos de millones de dólares de los grupos chinos de internet, Alibaba y Tencent, para financiar sus programas de expansión, aumentando los temores de que se alimente una burbuja de capital de riesgo.

Mark Tluszcz, director ejecutivo de Mangrove Capital Partners, el grupo de capital de riesgo, dijo a Financial Times que es “difícil ver cómo van a hacer las empresas para llegar a ser muy rentables”.

Las empresas son muy competitiv­as y reservadas sobre las cifras de usuarios, bicicletas y costos, pero en entrevista­s con FT las dos indicaron que sus trabajador­es representa­n un importante gasto para sus negocios.

De acuerdo con Seal-Driver, en Cambridge, hay 23 empleados operativos para 450 bicicletas Ofo. Steve Pyer, gerente general de Mobike para Reino Unido, que no emplea directamen­te al personal y más bien utiliza asociacion­es con terceros, dice que hay entre 10 y 15 personas por cada mil de sus bicicletas. “Se reduce a asegurarno­s que las bicicletas siempre estén en el lugar correcto en el momento adecuado para que de esta manera sepamos que las tenemos”, dice Chris Martin, vicepresid­ente de expansión internacio­nal de Mobike. “En todas las ciudades con equipos operativos, tenemos empleados y proveedore­s de logística para trasladar las bicicletas para que la oferta y a demanda coincidan”.

El personal de ambas compañías se asegura de que las bicicletas no se abandonen en distritos sin la aprobación explícita de las autoridade­s locales. Obike, con sede en Singapur, que opera un programa similar, en agosto fue descrita por Wandsworth como una “plaga de bicicletas amarillas” cuando varias de sus bicicletas terminaron en el área del suroeste de Londres.

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