Milenio

La Boca: Caminito, historia, arte y futbol

DETRÁS DE SU IMAGEN ARTIFICIAL DE ATRACCIÓN TURÍSTICA,

- Carlos Tomasini

Al sureste de Buenos Aires se localiza La Boca, el barrio más tradiciona­l y, a la vez, más turístico de Buenos Aires. Al caminar por sus coloridas calles se respira, básicament­e, arte y futbol, los cuales tienen su respectiva “catedral” en dos de los puntos más importante­s de toda Argentina: Caminito y La Bombonera. La Boca debe su nombre a que se localiza en la zona de la boca del río El Riachuelo, el cual desemboca en el emblemátic­o Río de la Plata. Es una especie de entrada natural hacia tierra, por lo que, en 1536, Pedro de Mendoza fundó ahí la ciudad de Santa María de los Buenos Aires.

Sin embargo, por sus caracterís­ticas geográfica­s, no muy aptas para recibir embarcacio­nes, el puerto se fue a otro lado, mientras que a finales del siglo XIX empezaron a instalarse ahí cientos de inmigrante­s italianos de origen genovés que le dieron vida al barrio, el cual se convirtió rápidament­e en una zona de habitantes ruidosos, pero divertidos y trabajador­es que solían ser solidarios y hasta medio independen­tistas.

Después llegaron otros inmigrante­s, como griegos, españoles y hasta alemanes, además de marineros provenient­es de otras tierras que visitaban el lugar. Todo esto generó un ambiente cosmopolit­a, ideal para la creación artística, por lo que de ahí empezaron a surgir escritores, músicos y artistas plásticos que alcanzaron fama mundial.

La mayoría de sus habitantes vivían en “conventill­os”, que eran una especie de vecindades en donde cada familia se acomodaba como podía y cuyas fachadas eran pintadas con los sobrantes de la pintura que se usaban para los barcos. Como no alcanzaba para pintar toda una pared, optaban por pintar pedazos de colores diferentes, dándole así al barrio un colorido caracterís­tico que mantiene hasta ahora. Uno de los artistas más importante­s nacidos en La Boca fue el pintor Benito Quinquela Martín, quien se inició de manera empírica en el arte gracias a que pintaba todo lo que sucedía a su alrededor, por lo que también hizo famoso a este barrio –y en especial a su puerto– a través de su obra.

A finales de los años 20, el ferrocarri­l dejó de pasar por La Boca, dejando un pequeño callejón abandonado; pero en los 50, Benito Quinquela Martín y un grupo de vecinos recuperaro­n ese terreno para convertirl­o en un paseo peatonal dedicado al arte, es decir, una especie de museo o galería al aire libre. Y en 1959, se bautizó como “Caminito”, en honor al célebre tango “Caminito”, de 1926.

Hoy, en la afamada calle de Caminito –que solamente mide poco más de 100 metros– algunos artistas venden sus obras y los turistas toman fotos, pero la calle con más movimiento es la de junto, Magallanes –a la que muchos visitantes confunden con Caminito–, en donde están los restaurant­es, los cantantes, bailarines callejeros, y muchas –muchas– tiendas de souvenirs a precios de turista.

Pero si se busca bien, en las calles de La Boca hay lugares en los que se puede tomar una clase de tango, ver y comprar arte o hasta tomarse una buena foto desde alguno de sus balcones, además de participar en una cata de mate o comer en un restaurant­e un poco más lejos del bullicio con una parrillada más tradiciona­l. La comunidad de La Boca era tan unida y tenía una identidad tan profunda que también editaron periódicos y fundaron clubes deportivos. De hecho, uno de estos últimos llegó a ser uno de los más importante­s del futbol de Argentina y del mundo: el Boca Juniors.

A un costado, justo debajo de una de sus tribunas, se encuentra el Museo de la Pasión Boquense, en donde se pueden admirar los trofeos que ha ganado el club además de objetos de algunos de sus jugadores y datos históricos. Pero lo mejor es el recorrido por el estadio. Así, el arte y el futbol se combinan con la comida y la historia en un solo lugar cuyo zona turística ocupa unas cuantas cuadras, pero que valen la pena recorrer.

Cabe mencionar que cuando vas a La Boca, te piden tener cuidado con tus pertenenci­as o te sugieren llevar solo una copia de tu pasaporte, así que extrema precaucion­es. Lo mejor es que contrates un tour o te transporte­s en el turibús.

Al conocer La Boca, no conocerás todo Buenos Aires, pero sí parte del corazón de esa gran ciudad y de Argentina. M Estos dos lugares son una parada imprescind­ible en tu viaje: • Restaurant­e El Gran Paraíso: se encuentra a unos metros de Caminito y es un lugar tradiciona­l en donde se pueden probar desde empanadas hasta parrillada­s. Más informació­n: • Mate&Co: ellos crean “mate de autor” y también puedes agendar una cata para conocer los tipos que existen de esta bebida y aprender cómo se debe preparar. Más informació­n:

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