El Cruz Azul de Pedro Caixinha tuvo una presentación gris en el estadio Azul, al empatar con Tijuana
El debut de Pedro Caixinha con Cruz Azul fue discreto y apenas rescató el empate frente a Tijuana, en el inicio de su último torneo en el estadio Azul
Por el bien de Cruz Azul, de su afición e incluso de su estadio, ojalá que la cara que mostró ante Tijuana no sea la constante de lo que se verá en este torneo. Porque de lo contrario, este equipo no irá a ningún lado durante el Clausura y se terminará despidiendo de este longevo escenario de una manera decepcionante.
Y es que en el inicio de la era de Pedro Caixinha al frente de Cruz Azul en casa —en lo que será el último torneo en este inmueble—, su equipo fue frustrante, con un empate sin goles ante Xolos.
Más allá del resultado, preocupa la forma, porque La Máquina por muchos lapsos volvió a ser el equipo frío de antaño. Sí, con la pelota, pero sin saber cómo resolver en zona de definición. Y hay que aclararlo, con el portugués terminó la etapa bohemia que a medias implantó Jémez, de un Cruz Azul volcado al ataque; este equipo ahora será más calculador y ordenado, con la intención de ser más vertical y práctico. Pero al menos ayer, esta propuesta quedó muy lejos de cumplirse.
Sí, fue el primer juego; sí, faltaron algunos jugadores, pero a La Máquina de Caixinha lo que más le conviene es dar resultados de in- mediato, antes que la presión, que suele asfixiar a este club, se haga presente.
CON POCOS ARGUMENTOS
De lo poco rescatable —si es que hubo algo— fue la presentación de Carlos Fierro, quien entendió a la perfección que este tipo de partidos, en los que la plantilla aún está incompleta, son la vitrina para llenarle el ojo a Caixinha y dar sus argumentos para buscar la titularidad. El ex de Chivas corrió por toda la zona de ataque, como media punta partía del centro hacia los extremos, alternándose con Martín Rodríguez y Ángel Mena. De los pies del número 11 salió el pase que dejó a Felipe Mora frente a la portería de Manuel Lajud, pero el chileno mandó su
zurdazo por un lado, en la opción más clara del primer tiempo, esto al minuto 19.
Y es que Cruz Azul tardó en encender sus motores; en los primeros minutos le dio la iniciativa a Xolos que intentó armar alguna opción de peligro, pero ni Miller Bolaños ni Juan Lucero tuvieron alguna posibilidad de plantarse frente al marco de Jesús Corona. Al cuadro fronterizo se le acabó pronto la gallardía y apostó por replegarse y contener.
Pasado el primer cuarto de hora del juego, La Máquina se asentó mejor en la cancha y empezó a tener mayor presencia al ataque. A la oportunidad desaprovechada por Mora, le siguieron dos acciones de Martín Rodríguez, quien partía de la banda izquierda hacia el centro; en la primera, el chileno optó por sacar un disparo que se fue desviado cuando tenía abierto a Mora completamente solo; en la segunda, otra vez disparó, pero ahora el rechace le cayó a Rafael Baca, quien con un derechazo obligó la atajada de Lajud.
Eso fue todo por parte de Cruz Azul en los primeros 45 minutos. La Máquina hacía gala de su falta de sincronización. Los movimientos y pases eran a destiempo y así, sencillamente, le facilitaban las cosas al visitante, que incluso en los últimos instantes tuvo su primera opción de peligro, en un disparo de Víctor Malcorra que Jesús Corona detuvo sin contratiempo. Así concluyó la parte inicial, con la silbatina del público.
Para el complemento no hubo una mejoría sustanciosa, aunque ahora fue el cuadro fronterizo el que asumió mayores riesgos y estuvo más cerca de abrir el marcador. Primero con un disparo de Michael Orozco que atrapó
Chuy en el fondo, y luego con un centro raso que se le pasó a Juan Lucero y al Cata Domínguez, llegándole a Michael, quien de nuevo se había agregado al ataque, pero de manera pavorosa la voló. Era la más clara del partido y Cruz Azul tenía suerte de no ir perdiendo.
Tijuana ganaba en confianza mientras que a los de Pedro Caixinha se les dificultaba llegar hasta el último tercio de la cancha. Llegó el momento para que el portugués echara mano de una banca muy discreta y su elección fue meter a Javier Salas por un inadvertido Ángel Mena.
No hubo mucha mejora. Cruz Azul —que pasó del 4-4-1-1 al 4-3-3— tocaba y tocaba sin profundidad. Desesperante y los chiflidos provenientes de la tribuna lo confirmaban; es más, en algún momento se escuchó el
“¡Chaco, Chaco!” de parte de la gente, en una especie de reproche al técnico que le puso fin a la estadía del último ídolo celeste.
El segundo movimiento de Pedro fue Víctor Zúñiga por Felipe Mora; movió a Fierro como centro delantero, esperando mayor dinamismo. Pero no, estaba claro que no sería la tarde La Máquina. Incluso, ya en la recta final del encuentro Rafael Baca tuvo un mano a mano con Lajud, pero el mediocampista la estrelló en el guardameta, desaprovechando una inmejorable oportunidad para maquillar con los tres puntos este gris funcionamiento.
Así terminó el juego, con un amargo 0-0 que ojalá, para bien de toda la comunidad cruzazulina, sea un tropezón de una primera jornada y no el preludio de una triste despedida para el estadio Azul.