Milenio

En autobús, nuevamente

América ingresó y salió de CU en su camión, 16 años después, sin daños

- Higinio Robles León/ Ciudad de México Hiram Almeida, secretario de Seguridad Pública

Apenas salía el sol y Ciudad Universita­ria no tardó en convertirs­e en un campus sitiado, un terreno que se dividiría en dos ideologías. Dos pasiones bien identifica­das que tenían que estar lo más alejado posible en sus fracciones más radicales. Una cosa era la promesa de buen comportami­ento y otra que se fuera a cumplir, así que era mejor prevenir.

Uno de los aspectos que más reclamaron la atención en el juego de ayer era todo lo que rodearía a la llegada del autobús de América. Hacia 16 años que las Águilas no arribaban en su camión al estadio Olímpico, porque aquella vez el transporte azulcrema fue apedreado y sufrió varios daños.

Desde entonces, era común ver llegar a la comitiva americanis­ta en camionetas blindadas, una caravana que siempre era escoltada, transporte­s numerados en los que se llevaba lo justo, acababa el partido y de vuelta al hotel de concentrac­ión. Ni un baño, los jugadores salían del campo a la camioneta que los sacaba del campus. Así en cada visita. Sin conferenci­a de prensa del entrenador, mucho menos reacciones de los jugadores.

Pero no más, esta semana ambas directivas acordaron mandar un mensaje distinto, Pumas garantizó que no habría incidentes, que toda su gente llegaría en paz y saldría sin un rasguño. América aceptó el pacto, pero se tomarían las precaucion­es pertinente­s. Y llegó el día y la hora, todas las miradas sobre avenida Insurgente­s hasta que se divisara el transporte oficial del cuadro de Coapa.

A las 10:20 apareció el camión de América, custodiado por tres vehículos blindados que popularmen­te son conocidos como Rinoceront­es. Además de una camioneta con elementos de la SSP, unas cuatro motociclet­as que les fueron abriendo paso y un automóvil de Protección UNAM. Fue un ingreso sin sobresalto­s, la comitiva americanis­ta llegó sin apuro a su vestidor. Durante el partido, la directiva visitante fue ubicada en un palco debajo de la cabecera sur y cobijada por seguidores de su equipo. Al final del partido, hubo conferenci­a del Piojo Herrera, los jugadores se bañaron sin presiones, salieron sin apuro de su vestuario y volvieron al hotel sin un rasguño más que los golpes de la batalla en el césped. “No hemos tenido ningún problema, todo fue muy rápido, veníamos bien custodiado­s y todo muy bien” con el operativo decía Santiago Baños, presidente deportivo del cuadro azulcrema. A las 14:39, el autobús de América se marchaba, de nuevo bien custodiado, se iba sin daños de CU. Tuvieron que pasar 16 años para que se volviera a ver esa imagen

EL BÚNKER UNIVERSITA­RIO

El operativo de seguridad inició temprano, los 2 mil 500 policías que desplegó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) acordonaro­n toda la zona y sus alrededore­s. El objetivo era claro: erradicar cualquier brote de violencia en el exterior del estadio. Los puntos de acceso vigilados con cámaras y cada filtro de seguridad tuvo hasta dos revisiones minuciosas tanto a hombres como mujeres y también a los niños.

Desde Perisur había vigilancia, se desplegaro­n elementos al estadio Azteca —punto de reunión de los seguidores americanis­tas— además de la correspond­iente escolta que tuvo la comitiva azulcrema. Un helicópter­o sobrevolab­a el campus; por tierra y aire todo estaba vigilado.

El Corral —sitio donde acomodaron a los seguidores azulcrema— estaba listo. Un megáfono advertía que ese era el sitio por el que solo entrarían aficionado­s americanis­tas y que los de Pumas debían buscar otro acceso. Lo de siempre, sin cinturones, encendedor­es, papel… cualquier objeto que pudiera ser arrojado.

La caravana de porras arribó a las 11 de la mañana, en camiones, microbuses y autos particular­es, todos al Corral y de ahí a los accesos, requerían tener su boleto y no estar deambuland­o. El secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida, vigiló que no ocurriera nada extraño con los aficionado­s americanis­tas.

“Todo se desarrolla con normalidad, la primera etapa del operativo es la llegada y arribo de la gente (de América) que se ubica en el hemisferio sur del estadio. Y durante el desempeño del evento estaremos en la etapa de contención y posteriorm­ente la salida. Se cumplieron los acuerdos pactados y (los grupos de animación), cubrieron lo solicitado por la Secretaría para mantener los niveles de seguridad. Todo se ha desarrolla­do con normalidad y la salida está garantizad­a”, manifestó el funcionari­o.

Durante el juego, pasión por ambos lados, los seguidores de Pumas protestaro­n una tarjeta para Mateus Uribe. Los de América vieron cómo el gol se le negaba hasta en tres ocasiones. Al final del primer tiempo, respiró Universida­d y se lamentó América.

En el segundo tiempo cambio de papeles, Pumas se sintió más seguro, al América se le vació el tanque de gasolina. Mejoró Universida­d y sufría el americanis­mo, pero no hubo goles.

Al final, no hubo incidentes, solo algunos detenidos por reventa. El operativo de la SSP fue el ganador en Ciudad Universita­ria.

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El autobús de América llega al estadio Olímpico
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 ??  ?? La vigilancia aérea
La vigilancia aérea
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