Pumas no pudo vencer al Piojo Herrera en el Olímpico, de donde el América salió con el empate
Pumas se quedó con las ganas de terminar con la hegemonía del América en CU; el equipo llegó al duelo como favorito, pero solo rescató un empate
Si en algún momento debía acabar la jetatura que mantiene el América sobre Pumas, en Ciudad Universitaria, todo parecía indicar que sería este domingo. No ocurrió. Los dirigidos por David Patiño ilusionaron a su afición y sorprendieron a los más incrédulos con un futbol dominante y contundente, que le redituó en dos primeras victorias en el Clausura 2018, sin mencionar el aporte de su ofensiva, con cifras trepidantes: un gol cada treinta minutos… Fue un partido ríspido, en el que en el primer tiempo sorprendió la visita y en el complemento los de casa ajustaron y mejoraron; arrojó un insípido 0-0 que dejó todo en el aire, más allá de las mejoras obvias para la semana.
En los primeros 15 minutos, América ya sumaba tres intervenciones de Alfredo Saldívar, pero su insistencia se fue diluyendo. El cancerbero manoteó un par de pelotas que parecían claves y se llevó el aplauso del respetable. Los instantes iniciales le pertenecieron a las Águilas, que con vehemencia y hasta facilidad, incrementaban elementos a la ofensiva. Nicolás Castillo ponía el ejemplo por cuenta de los felinos y presionaba en la salida, mientras que gran parte del ataque se centraba en la banda izquierda, donde Jesús Gallardo era fundamental para pensar en hacerle daño al cuadro de Coapa. Patiño gesticulaba.
El cansancio comenzó a cobrarle factura al América rebasada la primera media hora de juego: “Es inhumano jugar a las doce del día, nadie puede con el ritmo”, dijo Miguel Herrera, su DT, después del encuentro. La intensidad y ganas del local también se fueron extinguiendo. David Patiño tendría en el entretiempo que brindar una solución, para recomponer su ataque. La incorporación de Pablo Barrera parecía el movimiento más indicado. Contrario a los dos anteriores compromisos, todo indicaba que la conexión entre Matías Alustiza, Mauro Formica y Nico Castillo, se había extraviado. “Nos desajustamos en todo el primer tiempo”, comentaría el estratega azul y oro.
Y sí, para el arranque del segundo tiempo, Pablo Barrera ya estaba sobre la cancha. El veterano extremo, pese a que va saliendo de una lesión en el hombro, volvió a ser luz para Pumas, el jugador guía. Pegado a la banda derecha, incursionando por dentro, tratando de hilar pases entre varias posiciones y hasta habilitando de primera intención, el ‘8’ intentaba darle forma a un ataque que no encontraba la inspiración suficiente. Para seguir refrescando esta línea, Patiño mandó a la cancha a Abraham González, que reaparecía en el CL18, también saliendo de una fractura y con el español, Universidad logró quitarle la pelota al América, aunque sin la fineza necesaria en el último tramo, sin el pase filtrado con la exactitud suficiente para abalanzarse en busca de una recompensa en forma de gol. Demasiadas revoluciones.
“Ajustamos en el complemento, porque ellos dominaron poquito más en el primer tiempo y acomodamos en el descanso para salir mejor en el segundo tiempo. Nos recuperamos, pero no tuvimos la oportunidad idónea, no supimos definir nuestra ventaja con un gol, aunque tomemos en cuenta que jugamos contra un gran equipo. Hicimos los méritos suficientes en el segundo lapso, pero en el juego hay resultados y en éste, viendo cómo se desarrolló, podremos decir que tiene justicia porque ellos también nos dominaron en el juego”, detallaba David Patiño en la conferencia post encuentro. Su rostro reflejaba la frustración por no conseguir el triunfo anhelado.
Corría el minuto 59, Cecilio tuvo la oportunidad de abrir el marcador, pero luego de encarar y vencer a Van Rankin, su disparo pasó apenas desviado por el encima del arco. América volvía a ser punzante, a desdoblar en máximo tres toques y con ello, prácticamente, dejando mano a mano a los suyos con la zaga felina. Ya fuera Luis Quintana o Alejandro Arribas, los azulcremas partían siempre con la mira puesta en marcar gol. Con el despertar azulcrema, la afición de Pumas también comenzó a alentar más sonoro a su equipo. Al 65’, Nico Castillo disparó cruzado y la pelota rozó uno de los postes. Era un aviso serio de lo que podían hacer los de casa.
Con el sol a plomo y su elegante traje sastre oscuro, Miguel Herrera se desgañitaba desde el área técnica, tratando de encontrar respuestas metros más adelante, en la cancha. A consideración del Piojo, su equipo merecía un poco más que la igualada sin anotaciones en el Pedregal: “El resultado en sí no es malo, pero sí me voy con un sabor amargo, porque propusimos e intentamos jugar a ganar. Me parece que mi equipo estuvo encima, que logramos quitarles el balón; la realidad es que ambas defensivas estuvieron a la altura y contuvieron al respectivo ataque; eso también pasa por nosotros, no solo es convertir en ofensivo a un equipo”, dijo en conferencia de prensa”.
Todo quedó en intenciones. Pumas pudo aspirar a eliminar a uno de sus grandes fantasmas, a romper con una hegemonía dañina y no solo eso, de haber sumado tres puntos, sus estadísticas le hubieran ubicado con el mejor arranque en torneos cortos para la institución, aun si les ganaba por la mínima. En el terreno de juego no se disiparon las dudas, todo lo contrario. Ahora, a Universidad Nacional le toca seguir sumando unidades, pensando en que el resultado no les desfavorece al cien por ciento. De algún modo, queda como conciliación que los de Patiño montaron un partido inteligente y acumularon unidades de por medio.
No supimos definir nuestra ventaja con un gol; jugamos contra un gran equipo”
DAVID PATIÑO
Entrenador de Pumas
El resultado no es malo, pero sí me voy con un sabor amargo, porque propusimos más que el rival”
MIGUEL HERRERA
Entrenador del América