Nuevas voces de la ópera, promovidas en el Festival Ortiz Tirado
Interpretaron obras de Donizetti, Bizet, Gershwin, Piazzola y Weill, entre otros
Como parte de su labor de promoción de nuevos valores, el Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT) presentó ayer en la noche un recital con los cantantes Penélope Luna y Antonio Azpiri. Acompañados por el pianista Alejandro Miyaki, interpretaron lo mismo obras de Donizetti, Bizet y Rossini, que de Gershwin, Weill y Piazzolla, entre otros.
Horas antes de su concierto en el Palacio Municipal de Álamos, la soprano Penélope Luna dijo que haber triunfado en el Concurso de Canto Carlo Morelli y el Concurso Internacional de Canto Sinaloa le ha servido para medir su nivel. “Además, el estímulo económico siempre es útil para la carrera de un cantante, ya que si queremos audicionar en otros países necesitamos ese apoyo. Los concursos son muy importantes para los jóvenes porque nos permiten incrementar nuestro nivel artístico y aprender de los demás”.
Ganador del Concurso de Canto Olivia Gorra y el Primer Concurso de Música Iberoamericana, el bajo barítono Antonio Azpiri señaló que, además del apoyo económico, “los concursos sirven para darse a conocer. Son muchos los casos de gente que no gana el primer lugar, pero a veces tiene más trabajo que los primeros lugares porque allí fueron escuchados. Es una buena forma de promocionarse, de enseñar tu trabajo y tu preparación”.
A través de sus giras por el país, Penélope ha advertido que en los últimos años el nivel de la cultura operística se ha incrementado. “Hay una preocupación por hacer más eventos para acercar a nuevos públicos. En Sonora, donde me he presentado varias veces, cada vez veo mayor nivel artístico, sobre todo en el FAOT, un ejemplo para que otros estados traten de igualar este trabajo. También hay mucho desarrollo artístico en Sinaloa, Jalisco y Veracruz, por ejemplo. Hay un hambre por crecer”.
Para el bajo barítono, cada vez “hay cantantes más preparados y, por lo tanto, se tiene que generar más trabajo para ellos. Y si no son las instituciones, a veces los propios músicos y los directores de escena forman productoras independientes para generar trabajo”.
Concertista y acompañante en varias compañías de ópera, Alejandro Miyaki mencionó que le gusta trabajar con cantantes jóvenes porque “siempre tienen más disposición, son más maleables en cuanto al trabajo. Me encanta acompañar ópera porque la música transmite emociones más directas al no haber abstracción, como en la música instrumental. La ópera habla de emociones específicas a través del texto. De la mano de las palabras, la música llega mucho más directo al público”.
A juicio de la soprano, las redes sociales constituyen una buena herramienta para la difusión de la ópera. “Los jóvenes de nuestra edad se están dando cuenta de que nosotros hacemos ópera y en vez de verlo como algo raro, lo ven como algo muy atractivo.”
La música popular es mediática, aseguró Azpiri, “sin embargo, por fenómenos como Los Tres Tenores o los reality shows donde han participado cantantes de ópera, le gente tiene una noción de que existe este género”. El problema es la falta de información, terció Luna, “la gente no sabe lo que cuesta un boleto para la ópera y, de hecho, no es tan caro ver una obra de primer nivel. A veces gastas más en ir al cine y comprar palomitas y refrescos”. m