D avid Patiño
Pocas expectativas generaba el nuevo nombramiento de David Patiño como entrenador interino de Pumas. El pasado 4 de octubre, en una conferencia en la que fue presentado ante la debacle deportiva del club y con un reciente 1-4 que Cruz Azul le propinó a Universidad Nacional, el estratega fue cuestionado duramente; el timonel aguantó las críticas y más que eso, respondió acorde a lo que creía: “Soy el entrenador ideal para este proyecto, conozco La Cantera más que nadie y confío en que las cosas me saldrán bien; después, será decisión de la directiva”, apuntaba un hombre institucional, formado como jugador y DT en el Pedregal.
Sus palabras no generaron eco, al contrario, cierto sector de la prensa minimizó su seguridad y conocimiento de causa; la mayoría de quienes desarrollaban un concepto sobre Patiño, se fijaban más en todas las veces que había sido nombrado como entrenador interino, sin una posibilidad estable después, más allá de sus resultados al frente de la Sub 20 de Pumas y de los ideales que pregonó en la misma tertulia con los medios: “En La Cantera hay mucho talento y conozco a varios de esos jóvenes, los he tenido conmigo en inferiores y tendrán su oportunidad en el primer equipo. Universidad volverá a ser lo que fue hace unos años, recobraremos el paradigma que nos dio historia”, adelantaba.
Patiño permanecería, por lo menos, los últimos seis encuentros que restaban del Apertura 2017 en el timón universitario, es lo que le había garantizado con la directiva. David tenía menos de dos meses de haber estado en el contacto continuo con la plantilla estelar, pues desde mediados del 2016 y hasta agosto del 2017, fungió como el primer auxiliar de Francisco Palencia. Esto último, en combinación con los antecedentes en La Cantera, le entregaban a Pumas un estratega que en el papel, sabría cómo conducir a los de CU a mejores resultados. “Estoy listo para esto, es un sueño ser entrenador de este equipo”, dijo.
Después de sus primeros 90 minutos, las sensaciones para David Patiño no eran las mejores, pero en su interior, sabía que había comenzado a gestar un cambio general, con modificaciones necesarias para un plantel que requería de reactivarse a la brevedad. Contra Necaxa, en Aguascalientes, el electrónico indicó un 0-0 después de 90 minutos, pero el timonel comenzó a darle rumbo a su presente: colocó a Jesús Gallardo, tan cuestionado como lateral, de nuevo como extremo, en el sitio que mejor domina; con una línea de tres mediocampistas, se dio cuenta de que el equipo requería de mayor profundidad por los costados; mención aparte, la incursión del juvenil Alan Acosta, por quien apostó y salió como titular, por encima de Néstor Calderón y Joffre Guerrón, recientes refuerzos.
Para el segundo compromiso, ahora en Ciudad Universitaria y frente a León, Patiño conoció la primera victoria de su gestión. En la presentación ante su afición, David repitió cuadro base, brindándole d la oportunidad de nuevo a Acosta P y consiguiendo que sus pupilos se r apegaran a valores de tenencia de h pelota y desdoble, como prioridades m de juego. El gran pendiente era a su referencia de ataque y es que, c
con la lesión de Nicolás Castillo, el estratega prefería improvisar a Mauro Formica como centro delantero, antes de quemar el proceso formativo de algún joven en esta posición. Se quedaría con un marcador por 2-0 contundente, que revitalizaba su ánimo, además del regreso de Pablo Barrera, luego de meses de lesión.
Justo ahí, en la parte más alta de su curva ascendente, David Patiño tendría que aguantar varias tempestades. Si los halagos habían sido cuestionados en 180 minutos, dos derrotas posteriores a éstos, contra Monterrey (0-1) en casa y frente al Puebla, por 0-3, en el estadio Cuauhtémoc, sepultarían toda mejora a consideración generalizada. “Pese al resultado, hay cuestiones que me gustaría resaltar, como las intenciones de sacrificio de prácticamente todo el equipo. Hay detalles por pulir, pero vamos en buen camino”, diría el 27 de octubre, luego de sucumbir contra La Franja, fecha de la más reciente derrota de Pumas. Sí, por difícil que pueda creerse.
Los descalabros en fila amalgamaron a un grupo que Patiño ha sabido llevar, sin dejar de lado los refuerzos a tiempo y bien pensados a partir de este 2018. Con dos empates, primero ante Santos Laguna, en el Pedregal y por 2-2, además de un 1-1 frente a Querétaro, culminaría un 2017 lleno de desconsuelos para un escuadrón que prometía mejoras a resolver en escasas semanas. Con seis puntos, de los nueve que se había comprometido a conseguir, pero más que eso, con el respaldo de un grupo que demostraba mayor conjunción, con una idea de juego más efectiva, la dirigencia de Pumas respaldó a su DT y oficializó su continuidad.
Dos semanas de pretemporada, la llegada de bastiones actuales, claro, con un profundo estudio de por medio, y varios duelos amistosos, se logró la actual versión de Pumas. David Patiño prometió que el equipo reforzaría cada línea, que en el 2018 se terminarían las medias tintas y que sus felinos conseguirían, por fin, un rendimiento más ad-hoc a sus virtudes históricas: “No vamos a dejar de correr, trataremos de brindarle orgullo a nuestros aficionados, que cuando decidan venir al estadio se sientan felices por lo que se nota en la cancha”, comentó en la presentación de Matías Alustiza, Alejandro Arribas y Yuber Asprilla.
En sus primeros dos duelos, Universidad Nacional sorprendió al entorno futbolístico a nivel nacional. Agradables victorias sobre Pachuca (1-3) y después contra el Atlas (3-0), colocaron a los de Patiño en una palestra protagónica que hacía mucho tiempo, no vivían; sin embargo, las palabras del entrenador desentonaban con tanta euforia desbordada: “Hay que tomarlo con calma, no hemos hecho más que ganar dos partidos, sí muy importantes, pero hasta ahí. La idea es ir poco a poco, disfrutar esta tarde el resultado que hemos logrado, pero a partir de mañana, ponernos a pensar en el que sigue”, comentó después de imponerse a los Zorros.
Llegaba el turno del América y a pesar de que el marcador fue un 0-0, luego de cierta decepción de la afición felina, Pumas sigue como líder del Clausura 2018, invicto, con seis goles a favor en 270 minutos, con un centro delantero que impone a cualquier enemigo deportivo y en general, con una idea futbolística que domina su plantel. Hoy, el futuro de Universidad Nacional parece bien resguardado con un hombre que como jugador fue fundamental y que hasta ahora, ha dado muestra de su capacidad en el banquillo: “Seguiremos por esta misma línea, no conozco otra manera de trabajar y de cosechar buenos resultados. La clave es el sacrificio y el trabajo”. El timonel es el factor.