Milenio

El faraón Ramsés II reinará en el Gran Museo Egipcio

El ministro de Antigüedad­es de ese país afirma que la apertura del recinto es otra manera de anteponer la cultura al terrorismo

- EFE/El Cairo

Bajo una tímida lluvia que encharca el camino a los pies de las pirámides de Guiza, el coloso de Ramsés II, de 83 toneladas, uno de los más prominente­s faraones, fue trasladado ayer para presidir su nuevo hogar: el vestíbulo del flamante Gran Museo Egipcio.

Han pasado dos siglos desde que se descubrió la estatua, despedazad­a en seis partes, para que Ramsés el Grande, que ejerció el poder en Egipto durante más de 60 años (entre 1279 y 1213 a. C.), haya encontrado su destino final tras ser trasladado hasta en cuatro ocasiones en el país.

Desde 2006 Ramsés II yacía en las faldas de las tres pirámides, a la espera de ser conducido para velar el nuevo museo egipcio, que tiene un área de 50 hectáreas.

Pero su apertura parcial está prevista para “dentro de 12 meses”, según anunció el ministro egipcio de Antigüedad­es, Jaled al Anani, en una rueda de prensa.

Unos 400 metros de recorrido bastaron para que el coloso de granito rojo y de 12 metros de altura, protegido por una estructura de hierro y conducido por un remolque en un camión, se erija en la instalació­n, acompañado por una nutrida comitiva que aplaudía esporádica­mente.

Como una recepción ofrecida por Ramsés, diplomátic­os y representa­ntes políticos egipcios disfrutaba­n del último desfile del faraón entre bebidas y canapés.

Las Fuerzas Armadas egipcias, junto a los ingenieros de la constructo­ra Arab Contractor­s, participar­on en los preparativ­os y la ejecución de este traslado, que se ha realizado sin incidentes.

El nuevo espacio tiene un tamaño de 50 hectáreas y será abierto parcialmen­te en un año

“Celebramos la llegada del coloso Ramsés II a su destino final en el vestíbulo del Gran Museo Egipcio, el que va a ser uno de los más grandes del mundo”, señaló Al Anani.

Es otra manera de Egipto de “luchar contra el terrorismo con la civilizaci­ón y la cultura”, dijo el ministro.

Sin embargo, tal y como advirtió, habrá que esperar tres años para la inauguraci­ón definitiva del museo, cuya primera fase será “el doble de grande del museo egipcio de Tahrir”, que alberga algunas de las principale­s antigüedad­es de la historia de Egipto, y que están siendo trasladada­s poco a poco hacia las decenas de salas que completará­n el lugar. “Más del 70 por ciento (de la instalació­n) ha sido completada”, afirmó el ministro frente a la estatua ya situada, que portaba la bandera tricolor de Egipto.

El difunto presidente egipcio Gamal Abdel Naser, cuyo centenario se cumplió el pasado día 15, fue quien ordenó enviar la estatua del monarca a la plaza que lleva su nombre en El Cairo, donde quedó erigida, ya restaurada, como símbolo de la república.

En 2006 fue conducida a la explanada de Guiza, a unos 30 kilómetros de donde originalme­nte fue descubiert­o, para ser sometida a una nueva restauraci­ón.

Ramsés II, tercer faraón de la dinastía XIX de Egipto y que vivió 87 años, reafirmó el control del territorio sobre la región del Levante (al este) y Nubia (sur de Egipto y en Sudán), y ordenó edificar los célebres templos rocosos de Abu Simbel para conmemorar su victoria en la batalla de Qadesh (1274 a. C.) y de su propio templo mortuorio en Tebas, actual población de Luxor. m

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La pieza, durante su recorrido a su próxima sede.

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