Presentan el ensayo inédito de Fuentes
El manuscrito, publicado en España, aborda la influencia del cinesta en el boom latino
LEl investigador Javier Herrera encontró el texto en archivos de la Universidad de Princeton
a Fundación Banco Santander presentó ayer en Madrid Luis Buñuel o la mirada de la Medusa (un ensayo inconcluso), un libro inédito de Carlos Fuentes, en el que disecciona la vida y obra del cineasta, y a quien ensalza por su papel como figura clave en el imaginario colectivo de la revolución del 68 y en el boom iberoamericano. “Es la mejor aproximación que se ha hecho de Buñuel hasta el momento”, declaró el investigador Javier Herrera en rueda de prensa. Éste fue quien halló el manuscrito de Fuentes (oculto en la Universidad de Princeton), y logró, con un “trabajo detectivesco” de más de un año, ordenarlo “tal y como el escritor hubiera querido que llegara a los lectores”.
Herrera descubrió que la mayor parte de los párrafos no habían sido publicados, y que, además, muestran una cara más allá del surrealismo de Buñuel que “no se había visto antes”, relacionada con la actualidad, en un ensayo “no al uso, más fresco y que desborda humor”.
En este sentido, Herrera ha comentado que, en películas como El Ángel exterminador, Tierra sin pan, Los olvidados y Bella de día, Buñuel tocaba temas universales que prescinden de espacio y tiempo, como la miseria, el racismo, la delincuencia juvenil, la prostitución y la pederastia.
El libro incluye 15 cartas inéditas, cruzadas entre los años 1966 y 1972, que ilustran el contexto de la obra y dan fe de la amistad que mantuvieron el escritor y el cineasta, y que muestran “la profundidad de pensamiento de Buñuel”.
Según relató Herrera, el proyecto comenzó en 1952, cuando Fuentes vio Los olvidados, mientras trabajaba como crítico de cine en un periódico en México. “Fue ahí cuando quedó prendado”, explicó.
La admiración de Fuentes por Buñuel fue acrecentándose hasta que se encontraron en París en 1966, en el estreno de La edad de oro (producida en 1930 y prohibida en aquel momento), donde el escritor cayó en la cuenta de que “todo sobre lo que hablaba Buñuel 37 años atrás estaba sucediendo en aquel momento. “Esto es lo que hizo que Fuentes quisiera escribir el ensayo. A partir de ese momento escribió un artículo describiendo que aquellos que veían la película eran los hippies y los jóvenes pertenecientes al movimiento contracultural y revolucionario”, señaló Herrera.
Fuentes estableció una relación entre el cineasta y el movimiento del 68: consideró que Buñuel, de manera implícita, criticaba la sociedad de consumo “tocando en el nervio” y no “en la epidermis”. En este contexto, Herrera añadió que el cineasta era “un revolucionario teórico” puesto que siempre huía de toda “confrontación bélica”. “Fuentes escribe la obra exactamente igual que si se tratase de una película de Buñuel. Es literatura fuera de serie, va escribiendo conforme le van saliendo las cosas”, recalcó el investigador.
Además, la obra demuestra la importancia (hasta ahora sospechada) que tuvo Buñuel para la generación del boom iberoamericano. m