El último disparo explora la relación padres-hijos
Bruce Willis y Hayden Christensen se pusieron a las órdenes del director Steven C. Miller en el filme El último disparo, en el que el cineasta combinó una trama de acción, robar un banco y un secuestro, con un tema que le interesa y le es cercano, así como a sus protagonistas: la relación entre padres e hijos.
Christensen da vida a Will Beamon, un corredor de Wall Street que en un viaje familiar enfrenta el secuestro de su hijo de 11 años Danny (Ty Shelton), a manos de Levi Barrett (Gethin Anthony), un criminal que asaltó un banco de la localidad; para rescatar a su hijo el rol de Christensen tendrá que responder al jefe de policía Marvin Howell (Bruce Willis). “Creo que el aspecto más retador fue recorrer la línea entre la relación entre padre e hijo, así como del pequeño con su secuestrador; quiero que el público experimente emociones con la relación que se da entre Levi y Danny. Barrett verá al chico como si fuera su hijo, aunque no deseo que la gente lo considere un mejor padre que Will. “Fue complicado hacer del personaje de Levi el detonante de los lazos entre Will y Danny. El punto central de la historia es realmente cómo Will aprenderá a aceptar a Danny, se dará cuenta que puede ser más genial de lo que imaginó”, dijo Miller en entrevista concedida por Cinemex.
Para Steven este thriller de acción es “un viaje” en el que un padre alcanzará el anhelo que tiene cualquiera, el que los hijos sean algo genial”.
La idea es compartida por Willis, quien aceptó que “antes de ser padre no consideraba el tema como parte importante de los filmes, pero ahora teniendo tres hijas es fundamental, con cero tolerancia a la injusticia y al chico malo que daña a personas”.