Íker quiere representar a México
Con tan solo siete años de edad, Rangel Zumaya practica skateboarding todos los días para convertirse en profesional y en un futuro hacer su sueño realidad: participar en los Juegos Olímpicos
Alos tres años de edad, Íker Rangel Zumaya se subió por primera vez a una patineta. Y a partir de ese momento encontró su pasión. Lleva cuatro años enfocado en el skateboarding y explicó que su más grande sueño es convertirse en patinador profesional, y con ello buscará dar un paso todavía mayor: participar en unos Juegos Olímpicos.
“Desde chiquito vi que mi hermano patinaba, ahí me empezó a gustar y mi papá me enseñó”, comentó en entrevista con La Afición. “Para mí, patinar es alegría. Me subo a una tabla y siento adrenalina, eso es lo que más me gusta”.
A partir de los Juegos Olímpicos del 2020, el skateboarding formará parte del programa olímpico, eso hace que desde ahora Íker quiera representar a México en una justa de verano, y cree que la mejor parte sería conocer patinadores de todo el mundo.
Y trabaja para cumplir esas otras metas. Al no ser tomado como un juego, el pequeño le dedica a su formación aproximadamente dos horas diarias de lunes a sábado.
“Lo apoyamos mucho porque le gusta. Tratamos de llevarlo todos los días a practicar”, dijo César Rangel, su padre. “Yo lo agarré la primera vez y él se siguió, ya después no me dejaba ayudarlo”.
El joven patinador considera que el hecho de que el gobierno instale pistas en la Ciudad de México para este tipo de deportes, sirve como motivación para que más personas se acerquen a practicar la actividad. Para que se repita su historia con otras personas: “yo les aconsejo a los niños que hagan cualquier deporte, pero les recomiendo más el skate”.
Íker ha tenido la posibilidad de practicar en varios parques de skate, pero su favorito es el de Aragón, así como el de San Cosme.
En su carrera ha sufrido algunas caídas, desde chocar en el bowl con un ciclista hasta una que le causó una lesión en la ceja, pero sus padres aseguran que ese tipo de incidentes no lo detienen, ya que se levanta y sigue adelante porque le gusta exigirse a sí mismo, para mejorar cada día.
Recientemente participó en un concurso de trucos organizado por una marca deportiva, además de una competencia patrocinada por una bebida energética y en ambas obtuvo el tercer lugar. De la comunidad de patinadores es el más pequeño, pero no le intimida desarrollarse junto a gente mayor que él, pues comenta que aprende de ellos.
A su corta edad, Rangel Zumaya cuenta con el respaldo de una empresa mexicana que se dedica a vender artículos para la actividad y que apoya a los mejores atletas del país para que sigan con sus carreras.
Íker menciona que aún no sabe qué carrera estudiará, pero asegura que se seguirá dedicando al skateboarding para poder llegar hasta donde se lo ha propuesto: “quiero ser patinador profesional y aparte otra cosa, pero todavía no sé qué. Lo que sí sé, es que quiero estar en los Olímpicos”, concluyó.
Íker construye su historia a partir de lo que vivió en su familia, pero también de la inspiración que le dio Tony Hawk, su ídolo. Y con esa motivación puede presumir que su truco favorito es el Big Spin, que aunque muchas veces se le complica, lo practica diario para perfeccionarlo.
Para mí patinar es alegría. Me subo a una tabla y siento adrenalina” Les aconsejo a los niños que hagan cualquier deporte, pero les recomiendo el Patinador