Milenio

Puro pecador estándar

- JAIRO CALIXTO ALBARRÁN jairo.calixto@milenio.com o www.twitter.com/jairocalix­to

En un mundo donde las ratas saltan del barco antes de que se hunda (y si se ha de hundir que sea como el Titánic), el dotor Mit hace de tripas corazón y no solo no rehúye de darse el abrazo de Acatempan con don Beltrone, sino que antes, al contrario, es capaz de declarar: “Estoy orgulloso de ser amigo de Manlio”. Algo a lo que no cualquiera a estas alturas de la campaña y con tanta averiguaci­ón previa se atrevería a hacer en público y sin encontrars­e en estado calderónic­o.

Sobre todo porque esta declaració­n le debe de haber arrebatado como dos puntos en su ya de por si depauperad­o rating. ¡Esa es valentía!

En vez manifestar­se en abstracto, como ha hecho con el tema Odebrecht o La Estafa Maestra, por las cuales al parecer no experiment­a dolencia alguna para alivianar su caída libre, don Pepe decide apuntalar al ex Manlio superstar. Ya lo único que le falta es dedicarle un sentido saludo al ex candidato tricolor de Betito Borge en Quintana Roo, Mauricio Góngora, ex alcalde del municipio de Solidarida­d, apañado por ser solidario con la transa y la corrupción.

A lo mejor para compensar, el ex secre de Hacienda debe planear una gira por Reynosa, representa­nte sin duda del gran trabajo en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado de la presente administra­ción, a donde el licenciado Peña prefiere prudenteme­nte no concurrir, por muchas ganas que tenga de pasar al shopping de McAllen.

Sí, que se vaya a dar una vuelta por esas tierras ignotas de la idílica Mataulipas, nunca dejadas de la mano de Dios, donde el gobierno de Cabeza de Vaca ni siquiera puede ofrecerle seguridad al Preciso, para ver lo que es eterno.

Pobre don Enrique, ya no puede entrar al Twitter ni a la bonita provincia mexicana porque me lo irritan. Afortunada­mente, en Atlacomulc­o todavía puede circular.

Es lo malo de gobernar un país donde ningún chile les embona. Ahora, como si no tuviera cosas más importante­s que hacer como asegurarse de que cuando Chesarito Duarte sea apañado mojándose los sabañones en la Little Havana de Miami bailando las de Ricky Martin y Enrique Iglesias, este no vaya a soltar toda la sopa, para congraciar­se todavía va a tener que ponerse a buscar al joven Marco Antonio Sánchez Flores, que anda desapareci­do después de un humanista apañón de la SSP de CdMx, que gracias al dotor Mancera solo falta que la asalten los huachicole­ros.

Acá en la patria puro pecador estándar, como Margarita. M

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