Campeche la ciudad fortificada
San Francisco de Campeche es, sin duda, una de las capitales más hermosas del país, y es mejor conocida como “la ciudad histórica fortificada” por las grandes murallas que la rodeaban y evitaban la entrada de piratas que la acechaban. La ciudad de Campeche creció con el temor a sus espaldas, pero en la actualidad la capital presume sus murallas, baluartes, faros extintos, grandes ventanales y sus puertas de colores, sin olvidar su deliciosa gastronomía, que es una fusión de la comida maya, española y árabe, lo que le da al viajero la sensación de haber llegado al mejor buen puerto para vacacionar.
Durante tu estadía en la capital campechana no te puede perder sitios icónicos y paradas clave, como las siguientes: Frente a las olas de la costa del Golfo de México se encuentra uno de los lugares favoritos tanto para los locales y visitantes: el malecón que, por su belleza, resulta perfecto para comenzar la exploración de la capital de Campeche.
Este lugar tiene una longitud aproximada de cinco kilómetros, y está conformado por carriles para que el paseante pueda recorrerlo, ya sea en bici o caminando; también es el lugar idóneo para correr o trotar por la serenidad tropical que se respira.
Al dar un paseo a lo largo del malecón te encontrarás con una hileras de cañones que resguardan la ciudad campechana, con sus bocas de metal oxidado apuntando hacia al mar que te transportan a la época virreinal.
Si bien, en el horizonte del Golfo ya no se divisan barcos piratas, estas armas rescatadas de naufragios cobran vida al contemplar sus intensos atardeceres y te invitan a disfrutar de la tranquilidad de sus aguas. Además, el malecón de San Francisco Campeche puede considerarse como una galería de arte, pues a lo largo de él te encontraras varios monumentos, como:
la leyenda habla acerca de una joven que cautivó al mar por su belleza, un día ella se enamoró perdidamente de un marino, y el mar se sintió olvidado y desplazado. El marino zarpó de Campeche junto con su tripulación, pero prometió regresar cuanto antes para volverla estrechar entre sus brazos. El mar, dolido y enojado, vio la oportunidad perfecta para volver a tener la atención de la joven, por lo que una noche levantó sus grande olas con furia contra la embarcación que terminó por sepultar el barco donde viajaba el marino. Desde ese día, la joven va la playa y sobre unas rocas espera ver la embarcación que le traiga de vuelta a su amado.
La novia del mar: